20 años desde que saliera a cotizar el primer ETF en Europa, la industria de la gestión indexada ha alcanzado una cota histórica: ya hay un billón de dólares en ETF y ETP en Europa. En euros supone poco menos que 900.000 millones, según datos adelantados por la consultora independiente ETFGI.
Tras el impacto negativo del mercado en los activos en 2018, 2019 ha sido un año estelar. En la última década el crecimiento anualizado es del 15,4%, y el año pasado se disparó al 33,8%. Eso sí, el grueso de los activos sigue estando en ETF.
A finales de diciembre la industria sumaba flujos netos por valor de 125.000 millones de dólares. De esa cifra, las gestoras que mejor lograron captar el apetito fueron iShares de BlackRock, UBS ETF e Invesco.
Al igual que ha sucedido en los fondos de inversión, dejamos atrás un ejercicio en el que la demanda se ha concentrado en la renta fija. Casi la mitad de los flujos netos se ha destinado a ETF y ETP de renta fija. En renta variable entraron 51.740 millones y en materias primas 8.000 millones. Como se aprecia en el gráfico con datos hasta noviembre de Amundi, los inversores apostaron desde los primeros compases del año por la deuda. El apetito por renta variable, en cambio, se mantuvo estancado toda la primera mitad pese a que gran parte de la revalorización de las bolsas se produjo entonces. Esto se compensó tras un giro en el sentimiento inversor en verano.
