Western Asset Management: el euro podría convertirse en divisa de reserva

El euro probablemente se convierta en divisa de reserva mundial y amplíe su difusión con nuevos miembros en los próximos años, según Western Asset Management, filial de Legg Mason que gestiona 456.000 millones de dólares en activos de renta fija en todo el mundo.  

Según una nota de la gestora, Michael Story, economista en Western Asset Management, considera que algunos países de la periferia europea se verán abocados finalmente a una reestructuración de su deuda, aunque es muy improbable que ello provoque a corto plazo una ruptura del euro, que a corto-medio plazo debería reforzarse como divisa líder a medida que la demanda para entrar en la zona del euro vaya aumentando entre las antiguas repúblicas soviéticas.  

"Aunque se verá afectado por episodios de fuertes presiones a la baja, es improbable que el euro se rompa. Es más, podría incluso conseguir el estatus de divisa de reserva mundial", señala. "Aunque consideramos que los países periféricos no pueden soslayar el actual dilema en torno a la restructuración de la deuda, diríamos que esto forma parte de sus esfuerzos por seguir siendo miembros de la unión monetaria europea. De hecho, no sería sorprendente que la zona del euro ampliara aún más sus fronteras con la incorporación de nuevos países".  

Michael Story apunta que Estonia se acaba de sumar al euro este año, mientras que Letonia, Lituania y Polonia se han fijado como objetivo hacerlo antes de 2015. «Para las economías más pequeñas en el extrarradio de Europa, el euro representa la meta de un largo viaje desde un modelo anacrónico de economía dirigida a una democracia moderna con economía de mercado", explica.  

Para Michael Story, sería inconcebible que los miembros actuales dieran marcha atrás a la adopción del euro a pesar de los problemas que acucian a la unión monetaria. En opinión de Michael Story, volver a introducir un hipotético "nuevo drama" en Grecia, por ejemplo, desencadenaría una serie de acontecimientos —depreciación de la divisa, huida de depósitos a lugares más seguros como los bancos alemanes— que obligarían a Grecia a recurrir a medidas drásticas y contraproducentes.  

"Al final, la única solución para Grecia sería restringir las retiradas de depósitos, bloquear sus fronteras, imponer controles sobre el capital y suspender el funcionamiento del mercado de bonos, medidas todas ellas que serían igual de impopulares y mucho más dañinas para la economía del país que permanecer dentro del euro", señala.  

Si los países periféricos rechazan dejar el euro, a los países del núcleo europeo les entusiasma aún menos la idea, afirma Michael Story. "Alemania podría estar cansándose de su papel como "rescatador" de último recurso y un hipotético "nuevo marco" no provocaría una retirada masiva de depósitos de los bancos", explica. "Sin embargo, el euro ha beneficiado enormemente al sector exportador alemán y es una de las razones por las que Alemania nada en superávit. Alemania ha sido el mayor beneficiario del euro y los argumentos en contra de una salida de la moneda única son muy poderosos".  

Michael Story argumenta que, de hecho, la moneda común ha sido un gran catalizador para la apertura comercial y la integración de los mercados financieros en el conjunto de la zona del euro, pero también para las reformas laborales y la acusada convergencia de las tasas de inflación. "Actualmente, la dispersión de la inflación y los ciclos económicos entre los Estados Miembros sigue siendo menor que antes de la formación de la unión europea a pesar de la crisis financiera", afirma.  

Cara al futuro, Michael Story señala que si bien los líderes europeos están llevando a cabo importantes reformas "en un plazo increíblemente corto", siguen existiendo importantes retos, tanto políticos como monetarios. "En última instancia, los votantes necesitan ceder un grado de soberanía mayor de lo que la mayoría está dispuesta a aceptar", apunta. "Los errores en la aplicación de las diferentes políticas son posibles, si no probables. La decisión del BCE de poner en marcha el ciclo de subidas de tipos podría resultar ser el primero de estos errores. Esta subida podría ser correcta atendiendo exclusivamente a las lecturas de las variables económicas, pero está erosionando lo que quedaba de legitimidad política en la zona del euro, el último bastión de la supervivencia del euro, del mismo modo que la legitimidad política fue clave para el devenir del patrón oro".