Welzia analiza los 15 sesgos conductuales del inversor

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e-magic, Flickr, Creative Commons

Ni los individuos son tan racionales, ni los mercados tan eficientes. Welzia Management, quien históricamente ha intentado formar de forma recurrente a sus clientes mediante conceptos financieros y de inversión básicos, intenta explicar los 15 sesgos conductuales de los individuos a la hora de invertir y, por tanto, superar la teoría clásica reinante hasta ahora para apoyarse en las finanzas del comportamiento.

“La teoría financiera clásica se basa en la asunción de que los individuos son racionales, consideran toda la información disponible a la hora de invertir y los mercados se comportan de manera eficiente. Desde hace unos años y, con mayor intensidad, desde la crisis de 2008, el mundo financiero se ha dado cuenta de que la teoría clásica sobre la eficiencia de los mercados y sobre la racionalidad de los inversores no servía para explicar qué sucedía en los mercados y cómo se comportan en realidad los individuos a la hora de invertir, algo de lo que sí se encargan las llamadas finanzas conductuales”, pone en contexto la gestora española. Así, “las finanzas conductuales aúnan los principios básicos de inversión con los aspectos psicológicos de los inversores”, recuerdan desde Welzia.

Básicamente, existen dos tipos de sesgos conductuales: los errores cognitivos, que son resultado de un razonamiento cognitivo errado, y los sesgos emocionales, que están relacionados con un razonamiento influenciado por sentimientos o emociones. La principal diferencia entre unos y otros, especifica Welzia, reside en que mientras los primeros son fundamentalmente de perfil estadístico, los segundos nacen espontáneamente. Por ello, anticipa la firma, “es más fácil eliminar los errores cognitivos de la toma de decisiones que los prejuicios emocionales”.

Errores cognitivos. Perseverancia en las creencias

Es la tendencia a aferrarse a creencias previas de un modo irracional o ilógico.

Sesgo Definición del sesgo Riesgos Recomendación de Welzia
Conservatismo Dar mayor peso a las informaciones que hemos recibido primero Toma de decisiones no acertadas. No realizar la inversión Pedir asesoramiento a un profesional
Confirmación Buscar y sobreponderar informaciones que confirman nuestras creencias y desechar e infraponderar aquéllas que las contradicen Tenencia de una cartera infradiversificada y con excesivo riesgo Buscar nueva información que contradiga nuestras creencias. Buscar el apoyo de alguien cualificado que analice si la inversión se adecua a las necesidades del inversor
Representación Clasificar nueva información en base a experiencias y clasificaciones pasadas, aunque en realidad no tengan ninguna relación Dar mucha importancia a la información más nueva. Rotación de cartera excesiva. Toma de decisiones basadas en clasificaciones superficiales Profundizar sobre las leyes de la probabilidad y el análisis estadístico
Ilusión de control Creer que se pueden controlar los resultados de una inversión, cuando en realidad no es posible Operar más de lo necesario. No diversificar lo suficiente las carteras Recordar las reglas probabilísticas. Trazar distintos escenarios. Reevaluar cada cierto tiempo las ideas de inversión y ver si eran correctas
Evaluación en retrospectiva Memoria selectiva de eventos pasados. Recordar los aciertos y olvidar los fallos. Creer que los eventos pasados eran fácilmente predecibles Sobreestimar el ratio de acierto de las predicciones y ser excesivamente críticos con las decisiones tomadas por otros Reevaluar cada cierto tiempo las ideas de inversión y ver si eran correctas

 

Errores cognitivos. Procesamiento de la información

Relacionados con cómo se procesa y usa la información a la hora de tomar decisiones de inversión.

Sesgo Definición del sesgo Riesgos Recomendación de Welzia
Anclaje y ajuste Valorar las probabilidades de un evento en base a los ejemplos más sencillos que vienen a la mente Anclar un valor y más tarde intentar adaptarse hacia arriba o abajo según se va procesando la nueva información, cuando ésta debería considerarse objetivamente Preguntarse a uno mismo: "¿Depende mi decisión de ese precio anterior?" o "¿Recomendaría esta inversión basándome en la nueva información recibida?"
Contabilidad mental Considerar el dinero de forma diferente en función de cómo se categoriza Confeccionar una cartera en diferentes capas según objetivos que se persiga con cada una de ellas. No considerar la correlación existente entre los distintos activos de la cartera. Ser reacio a incluir nuevos activos descorrelacionados con la cartera actual, aunque consiguieran reducir su riesgo Evitar un resultado enfatizado excesivamente en activos generadores de rentas, ya que daría un retorno global menor
Encuadre Contestar a una pregunta de forma distinta en función de cómo se realiza la pregunta Construir carteras con demasiada aversión al riesgo o, por el contrario, carteras que proporcionan más riesgo del deseado Pensar en términos de rentabilidad absoluta y no en términos de pérdidas y ganancias
Disponibilidad Considerar a los eventos que con mayor facilidad nos vienen a la mente más probables que aquéllos que no lo hacen o no entendemos completamente Elegir una inversión, un gestor o un fondo por lo conocido que sea vía publicidad. Limitar el universo de inversión hacia activos domésticos. Tener carteras sin la suficiente diversificación. No alcanzar una asignación de activos óptima Construir metodológicamente la declaración de política de inversión y centrarse en el largo plazo

 

Sesgos emocionales

Nacen de emociones y sentimientos y no de pensamientos conscientes como los anteriores.

Sesgo Definición del sesgo Riesgos Recomendación de Welzia
Aversión a la pérdida Experimentar mayor dolor ante una pérdida que placer ante una ganancia de igual tamaño Ante una pequeña pérdida de valor inicial, incurrir en mayor riesgo con la esperanza de recuperar la pérdida inicial Focalizarse en las expectativas de revalorización a largo plazo. Dar menor importancia a las ganancias o pérdidas presentes
Sobreconfianza Demostrar una injustificada confianza en las propias opiniones. Sobreestimar los propios niveles de conocimiento, habilidades o acceso a la información Subestimar el riesgo. Tener carteras poco diversificadas y operar en exceso Tener siempre en mente la declaración de política de inversión, así como la asignación de activos estratégica (de largo plazo)
Autocontrol Sacrificar objetivos a largo plazo debido a una insuficiente autodisciplina No ahorrar lo suficiente para la jubilación y, por tanto, asumir excesivo riesgo en las inversiones para tratar de compensar la falta de ahorro pasado Realizar un estudio de necesidades de liquidez a futuro. Ahorrar mensualmente las cantidades necesarias para acometer la inversión a largo plazo. Trazar un plan para lograr el objetivo
Status Quo No hacer nada. Construir una cartera y no volver a revisarla aunque la capacidad de asumir riesgo haya cambiado o las necesidades de liquidez hayan aumentado No considerar otras opciones de inversión más atractivas Contar con un asesor que explique todo lo referente al binomio rentabilidad-riesgo
Legado Valorar las inversiones de forma distinta en función de si queremos comprar o vender el valor Aferrarse a un valor que resulta familiar por la intangible sensación de confort que proporciona  
Aversión al arrepentimiento Evitar tomar decisiones ante el miedo a equivocarse. Existen dos tipos de arrepentimiento: por acciones cometidas o por no haber llevado a cabo una acción Ser excesivamente conservadores con las inversiones y, por ello, no alcanzar el retorno deseado. Dejarse guiar por las inversiones "de moda" Poner énfasis en los beneficios de la diversificación y los efectos negativos que supone no alcanzar los objetivos a largo plazo

Fuente: Welzia Management.