Warren Buffett y su última lección sobre inversión contrarian

Warren_Buffett

Si la historia del Rey Midas hace referencia a un hombre que convierte en oro todo lo que toca, puede resultar ciertamente válida esta analogía: todo en lo que invierte Warren Buffett es value. Quizá la parte chocante sea la última inversión del Oráculo de Omaha, que esta semana ha hecho público que compró 9,81 millones de acciones (con un valor de 1.000 millones de dólares) en un valor que ha sido eminentemente growth durante los últimos años, Apple. La orden de compra, canalizada una vez más a través de Berskhire Hathaway, ha sido la comidilla de la semana en los mercados, especialmente después de que el conocido inversor activista Carl Icahn anunciase la venta de su propia participación en el gigante tecnológico.

La decisión de Buffett ha pillado además a muchos seguidores del gurú del value por sorpresa, dado que no es ningún secreto que el sector tecnológico no está entre las preferencias del inversor, que ha llegado a afirmar que su modelo de negocio es difícil de predecir…  especialmente en comparación con otros valores más del gusto del inversor: Coca-Cola, Gillette, American Express o más recientemente Burger King.

“Warren Buffet nunca ha evitado mirar en el cubo de la basura de otros inversores. Esto puede suponer una exageración de la naturaleza contrarian de su adquisición de una participación de 1.000 millones de dólares en Apple que, no olvidemos, sigue siendo la mayor compañía del mundo. Pero ciertamente es un buen ejemplo de un gran inversor que trata de tomar ventaja de los cambios de humor del señor Mercado” explica Tom Stevenson, miembro de Fidelity Personal Investing (parte de Fidelity International).

Stevenson se encarga de recordar de que Apple este año ya no es la niña bonita del mercado que había acostumbrado ser en el último decenio: sus acciones han perdido un tercio de su valor desde el verano del año pasado, y han caído un 19% en las semanas posteriores a que la compañía publicase los primeros resultados en 13 años en los que se han contraído sus beneficios e ingresos, en gran parte por las decepcionantes ventas del iPhone. “Si usted todavía cree que esta es una gran compañía que está atravesando algunas turbulencias, entonces su reciente caída es una oportunidad, más que algo por lo que preocuparse. Esto se parece en todo caso a la forma de pensar de Buffett”, asevera el experto de Fidelity.

En su opinión, con la adquisición de un paquete de acciones de Apple, “Buffett no sólo expresa una visión contrarian sobre el fabricante de iPhone, sino que está nadando en contra de la marea general de inversores en renta variable”. Se refiere a que “la renta variable global no había perdido tanto el favor de los inversores desde hace cinco años o más, desde el alzamiento de la crisis de la deuda soberana en la eurozona. Las acciones siguen languideciendo bien por debajo de sus máximos del año pasado y el sentimiento inversor sigue siendo bastante pesimista”. Stevenson aporta algunos datos para refutar esta opinión: en lo que va de año, los reembolsos de fondos de renta variable han alcanzado los 90.000 millones de dólares, de los cuales 59.000 millones se han dirigido a fondos de renta fija global. Esta cifra ya supera todos los flujos hacia renta fija que se registraron en 2015.

No obstante, tal y como recuerda el experto, un sentimiento negativo no es en sí mismo una señal de compra: “El pesimismo generalizado necesita en realidad canalizarse hacia precios más bajos de las cotizaciones antes de que se pueda juzgar”. Por tanto, la interpretación de la inversión en Apple que hace el representante de Buffett es que “su razón no era porque todo el mundo de repente se puso nervioso con las perspectivas de la compañía, sino porque esta preocupación ha desencadenado una gran (quizás exagerada) venta de las acciones”. El experto se encarga de recordar que “es precisamente cuando los inversores se están saliendo de forma generalizada de las acciones para ir a renta fija cuando hay que realizar capturas”.

Para Stevenson, otro caso claro de reacción exagerada de los inversores a unos malos resultados –es decir, atractivos puntos de entrada para los contrarian- lo ejemplifica Burberry, que acumula una caída del 40% desde febrero del año pasado en gran parte por sus problemas de ventas en China y Hong Kong. “Nadie hizo una fortuna comprando cuando el sentimiento era super alcista”, asevera el experto.

Stevenson termina su análisis con un consejo para los inversores: “Puede que el mercado esté equivocado, pero puede seguir así durante más tiempo del que se pueda pensar. La respuesta es mantener un estilo atento a las oportunidades similar al de Buffett, pero al mismo tiempo aceptar las limitaciones propias, para reconocer que no se tiene una bola de cristal y para cubrir las apuestas con una cartera bien diversificada y equilibrada”.