Wall Street reclama una segunda ola de estímulos para prorrogar su rally

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Brian Glanz, Flickr, Creative Commons

El nerviosismo que genera en el mercado la cercanía de las elecciones de EE.UU unido al repunte de casos de coronavirus ha dejado un aumento de la volatilidad  que, además, se ha topado con la recogida de beneficios que los inversores han llevado a cabo en las acciones tecnológicas, las mismas que han tirado hasta ahora del mercado americano. Y surge la gran pregunta: ¿conseguirá la bolsa de EE.UU. aguantar este incremento de la volatilidad en positivo o estamos a la puertas de una corrección del mercado?

La respuesta no es sencilla ya que todo dependerá de que esa nueva ola de contagios no derive en un nuevo confinamiento que repercutiría negativamente en una ya maltrecha economía. Pero lo cierto es que puede haber un as en la manga, al menos en el caso de EE.UU: un nuevo paquete fiscal. “No descartamos la posibilidad de un paquete fiscal en EE.UU. de al menos 1,5 a 2 billones de dólares a principios de octubre. Si hay un acuerdo, es probable que sea cuantioso para abarcar las prioridades tanto del Presidente Trump como de la líder mayoritaria de la Cámara Nancy Pelosi. Cualquier éxito en este frente reforzaría el atractivo de nuestras posiciones pro-cíclicas preferidas en el mercado de valores”, afirma Evan Brown, responsable de la estrategia de multiactivos de UBS AM. Al fin y al cabo, hay que tener en cuenta que EE.UU se ha quedado un poco atrás en la lista de programas de estímulos después de que Europa aprobase su Next Generation  que se suma a los anunciados individualmente por varios países europeos, y de que la semana pasada Reino Unido anunciara un nuevo paquete de medidas para estimular su economía.

En todos los países del mundo hemos visto una segunda ola de estímulos fiscales y creemos que el congreso de EE.UU también aprobará un segundo paquete porque si no supondrá uno de los mayores riesgos para el mercado”, afirmaba recientemente Esty Dwek,  responsable global de estrategia de mercado de Natixis IM Solutions. Más teniendo en cuenta que la capacidad de los bancos centrales para seguir estimulando monetariamente a la economía ya no es tan elevada como en el pasado, más allá de la idea de prorrogar esa era de tipos bajos el tiempo que sea necesario.

Sobre como debería ser ese segundo paquete de estímulos, la opinión mayoritaria se refiere a una medidas que tengan más que ver con medidas fiscales y menos con el apoyo al empleo. Por ejemplo, Paul Brain, director de renta fija de Newton, parte de BNY Mellon IM defiende  que en respuesta a la pandemia se han presenciado ya dos etapas de intervención estataluna inyección de liquidez, seguida de un apoyo de emergencia continuo a las economías en dificultades. “ En esta tercera fase, esperaríamos ver más estímulos fiscales del tipo "fondo de recuperación" y menos apoyo directo al empleo. Sin embargo, esta transición se ve obstaculizada por la necesidad de ampliar la segunda fase debido a la amenaza persistente del virus y a la política de aprobación de los paquetes de estímulos”, apunta.

De hecho, los datos de confianza de los consumidores muestran que esas dos fases que según Brain se han llevado a cabo hasta ahora, no han conseguido algo básico para la recuperación económica: un repunte de la confianza del consumidor. Y esa ausencia de confianza se ve en que el índice de Confianza  del consumidor de la Universidad de Michigan acumula una caída del 15,3% en 2020, una cifra que nada tiene que ver con el 2% que se anota el S&P500 y sobre todo, con el 21% que gana el Nasdaq. “A causa de los despidos masivos y la lenta recuperación de los mercados de trabajo, la confianza de los consumidores en EE.UU. ha descendido hasta su nivel más bajo de los últimos seis años. En ausencia de nuevas medidas de estímulo, esto perjudicará al consumo”, vaticina  Jeroen Blokland, responsible del equipo de Multiactivos de Robeco. Y el consumo sigue siendo la principal vía de crecimiento en EEUU ya que supone cerca del 70% del PIB estadounidense.