El año pasado, los diferenciales en el mercado de bonos de alta rentabilidad sobrepasaron los 1.000 puntos básicos. Esto hizo que algunos expertos como James Tomlins, gestor de high yield de M&G Investments, viesen entonces una buena oportunidad para entrar en esta clase de activo. Y no se equivocó. Desde enero, el mercado de high yield europeo arroja una rentabilidad del 20%, porcentaje que se contrapone a la subida del 15% del S&P 500, del 10% del EuroStoxx 50 o del 5% del FTSE 100. “Para ser honestos, su evolución ha sido mejor que la que habíamos anticipado, al ser en parte resultado de la acción del BCE”. Ahora, la pregunta es: ¿volveremos a ver rentabilidades de doble dígito?
Para responder a esta cuestión, Tomlins considera necesario observar algunas señales clave de valoración. Por ejemplo, afirma que el precio del mercado europeo no está lejos de mínimos de varios años, con una rentabilidad a vencimiento del 7,3% frente al mínimo del 5,3% registrado en febrero de 2005. Así, sobre esta base, el gestor cree que aún hay potencial de reducción de diferenciales, aunque matiza que el tamaño del movimiento no será suficiente como para generar las ganancias de capital vistas en los últimos meses. “Eso significa que cualquiera que compre activos de deuda de alta rentabilidad en este punto del ciclo y que busque fuertes ganancias podría quedar decepcionado”. Y es que, para obtener mayores ganancias, de entorno al 16%, calcula que las rentabilidades tendrían que caer un 2% de media.
Pero eso no significa que el mercado esté dando una señal vendedora. “Para ello, habría que temer una ampliación de las rentabilidades de los bonos gubernamentales, un impulso de los spreads de crédito o ambos”, explica el gestor. En el primer caso, estima posible un incremento de rentabilidades, pero limitado. “No veremos subidas del 5% en los bonos a 10 años alemanes, estadounidenses o británicos, pues los políticos han dejado claro que seguirán interviniendo en los mercados para mantener los tipos bajos a largo plazo”, explica.
Con respecto a los spreads de crédito, cree que hay que analizarlos en el contexto de la realidad económica de las compañías en Europa, donde los precios actuales reflejan una realidad de bajo crecimiento, algo que no cambiará sustancialmente en los próximos años para volver a los niveles de 2007. Con todo esto en mente, el gestor concluye que mientras el mercado de high yield podría no generar fuertes retornos, hay que seguir invertidos, con un enfoque, eso sí, más defensivo.