Volatilidad: Nuestra nueva compañera de viaje

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Imagen cedida

Una de las herramientas utilizadas para poder medir la volatilidad en los mercados financieros es el VIX (Chicago Board Options Exchange Market Volatility Index), es el índice de volatilidad del mercado de derivados de Chicago.

El funcionamiento de este índice es sencillo, en momentos de mayor incertidumbre, pánico o inestabilidad aumenta. Los mercados financieros son temerosos, si notan cualquier síntoma de inestabilidad económica suelen retroceder. Debido a que el dinero busca refugio antes que entender los motivos que generan realmente dicha inestabilidad. Por este motivo las subidas suelen ser escalonadas en el tiempo y las caídas son más pronunciadas y rápidas.

Por estos motivos existe una relación inversa del 80% entre este índice (VIX) y el S&P 500. Al incrementar el VIX, aumenta la volatilidad y esto afecta en muchas ocasiones de forma negativa penalizando al S&P 500. En la gráfica siguiente puede verse en grafico de velas el VIX y el S&P 500 en grafico de línea de color verde.

A causa de la mayor globalización e interconexión de las economías a nivel global, el Chicago Board Options Exchange Market Volatility Index también afecta al resto de mercados financieros mundiales y no solo al Americano. En el caso de querer ser más específicos a nivel geografico, también encontramos un índice de volatilidad del mercado europeo (V2X Index), mide la volatilidad del Eurostoxx 50. Si comparamos ambos, podemos ver que el comportamiento es bastante similar, el V2X es la línea verde.

El año que acabamos de dejar atrás ha sido el más volátil desde 2012, con picos superiores incluso a los de 2011 y 2010.

La situación a nivel global en la cual nos encontramos parece que va a propiciar un nuevo año de grandes idas y venidas con grandes dosis de volatilidad. En lo que llevamos de año el VIX ha aumentado un 48,71%.

La volatilidad que estamos sufriendo actualmente se ve traducida en las previsiones de crecimiento a nivel mundial. El FMI rebajó el crecimiento global esperado del 2015 de 3,3% al 3,1%. En el caso del Banco Mundial ha pasado de estimar un crecimiento del 2,9% al 2,4%. Lo mismo sucede en ambos casos para la tasa de crecimiento del 2016, que se reduce por parte del FMI un 0,2% y por parte del Banco Mundial un 0,4%, aunque en los dos casos son mayores a las esperadas para 2015.

Este año es muy probable que continúe el precedente marcado por el 2015 y sea un año donde la volatilidad estará muy presente. Por lo que debemos tenerlo en cuenta y saber convivir con ella, adaptando nuestras inversiones al mercado, ya que el mercado no se va a adaptar a nosotros.

A esto le hemos de sumar que cada vez es más complicado obtener rentabilidad de la renta fija vía fondos, estos motivos consolidan que este 2016 se acaben de consolidar las entradas a fondos alternativos (retorno absoluto, market neutral...). El otro activo que tendrá una gran importancia es la liquidez, para poder aprovechar las idas y venidas del mercado provocadas por la volatilidad.

Fuente de los gráficos: Bloomberg.