Venga esa pasta

Nuevo post del blog de María Folqué y Montserrat Formoso de Funds People.

El próximo lunes los mercados están de aniversario. Tal día como ese, hace casi seis años las bolsas tocaron mínimos con el 666 intradía del S&P 500. Qué tiempos aquellos en que se aplaudían caídas del 2% porque era un “casi subir”. Desde entonces, con sus idas y venidas, el mundo ha sido para los alcistas. Y con pocas ganas de rendirse el toro el pasado lunes el Nasdaq alcanzaba el nivel de los 5000 puntos no vistos desde hace 15 años.

Para los nostálgicos de las emociones fuertes, esta semana la Fed ha publicado las transcripciones de las reuniones de la Fed durante todo el 2009. Es algo así como mirar por la ventanilla de Gran Hermano esperando ver una bacanal pero de ideas y reflexiones monetarias. Un desenfreno de la heterodoxia y de las inyecciones de liquidez al sistema con una economía que aún empezaba a claudicar.

La atención mediática que suscitaron las transcripciones se ha centrado en el posicionamiento de Janet Yellen, principalmente. Su preocupación por japonizarse, no ella sino el sistema, ante una banca en riesgo de volverse zombi y la amenaza de la deflación. Y también en Bernanke, que ya en septiembre de 2009 alertaba de que se quedaban sin herramientas efectivas. Aunque uno de los artículos más curiosos al respecto lo recoge Bloomberg View, que grafica el número de veces que la palabra “risa” (entre paréntesis) aparece, como muestra del grado de tensión que se vivió en esa época. Tras una escasez del término en 2008, éste se recupera en 2009, aunque sin llegar a niveles precedentes. En fin, el ánimo de cualquiera en la época, fuera o no banquero central.

Pero ya en 2009 los miembros de la Fed debatían sobre las estrategias de salida, que llevarían, según Yellen, a “subir tipos en 2012 más que en 2014”. Y aquí estamos hoy, marzo de 2015 preguntándonos por el cuándo se animarán. Charles Evans, de la Fed de Chicago, añade su chispita al debate insistiendo en que por él la primera subida sería a principios de 2016.

Y desde Nicosia, Chripre, Mario Draghi llega a su segunda reunión del año con los detalles de la compra de activos bajo el brazo. Los matices, señores, faltaban los matices. Mario se va de compras el 9 de marzo, el lunes que viene comenzará el desembolso o anotación de los 60.000 millones de euros mensuales al menos hasta finales de septiembre de 2016. Draghi, que hasta ahora ha sido más partidario de causar impacto sin dejarse un duro, rollo parole parole parole, ha querido aclarar que "ya se ha observado un número significativo de efectos positivos" y que espera un repunte de la inflación y más crecimiento. Pues eso, imagínate ya con la pasta pasando de una columna a otra.

El euro lo esperaba en niveles mínimos desde septiembre de 2003 en su cotización frente al dólar. Aplauso para los exportadores. Daniel Fernández Kranz publicaba hace unas semanas un artículo rebajando el impacto positivo de la depreciación de la divisa sobre la economía española. La razón descansa en que menos del 40% de las exportaciones van a parar fuera de la zona euro (frente al 60% de Alemania), sin obviar el vicio de otros bancos centrales a depreciar sus divisas. Porque lo que hay que mirar es la Tasa de Cambio Real Efectiva que mide la cotización de una moneda frente al peso de otras divisas según su cesta de referencia (es decir, en proporción a con quién mantiene sus relaciones comerciales). Según el artículo, en la cesta de comercio de España, el euro pesa un 73% mientras que el dólar americano sólo representa un 6,4%. La depreciación efectiva del euro en los últimos meses ha sido menor al 5%. Impacto positivo sí, pero según el profesor del IE, sin exagerar.

Y allá al fondo a la derecha, China ha rebajado su objetivo de crecimiento para 2015 al 7%, lo que representaría su menor tasa de avance en 25 años. Parece que el gigante asiático está perdiendo millonarios. Éstos emigran a Australia, US y como no a Reino Unido, donde la concesión del visado exige una inversión de 2 millones de libras en activos británicos. Los podrán ver en Harrods, donde cada turista chino se deja una de cada cinco libras que traen. Vengan a la zona euro, ¡barata, barata!

 

Buena semana