¿Vaticina una recesión inminente la inversión de la curva en EE.UU?

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Luiz Hanfilaque on Unsplash

Por primera vez desde 2008 la curva de tipos de Estados Unidos se ha invertido: el 10 años del Tesoro americano ha caído por debajo de la de 2 años. La inversión de la curva se suele interpretar como el presagio de una crisis en los próximos 24 meses. Al fin y al cabo, es como si los inversores vieran más riesgo en tener deuda de un país a corto plazo. Pero, ¿sigue teniendo validez este argumento? ¿Ahora que estamos en un mercado dominado por la liquidez de los bancos centrales? Las gestoras internacionales analizan si está justificado hablar de recesión inminente en estos momentos.

Los que no ven recesión

Ya os adelantamos que la respuesta general de las firmas de inversión es que no. Que de momento es muy pronto para correr hacia el refugio. Como bien recuerda Andrea Iannelli, director de inversiones en renta fija de Fidelity, no es técnicamente la primera vez que se invierte la curva en los tiempos recientes. En los últimos 12 meses el yield del 10 años ha caído por debajo de la de 3 meses. Varias veces.

Michael Temple, responsable de análisis de crédito estadounidense en Amundi, defiende que aún es precipitado hablar de recesión. Es el sentir general de las gestoras: en Estados Unidos simplemente no se ven esos desequilibrios financieros que preceden a una crisis. Por eso Temple argumenta que, de haber una recesión en los próximos 12 meses, sería poco profunda. “El consumo estadounidense, con unos balances históricamente sanos y un mercado laboral sólido, sigue siendo un rayo de estabilidad”, insiste. Además, los bajos tipos de interés y condiciones de financiación incluso mejoran el contexto para consumidores y empresas.

Hay que tener cuidado con el concepto de indicador adelantado. Deben ser tratados más como pistas que como una confirmación. Tomemos otro ejemplo de alerta de recesión: las caídas bruscas de mercado. Con un argumento similar al de la inversión de la curva tenemos las correcciones superiores al 10%. Siempre que hay recesión las bolsas se desploman un 10% desde máximos. Por eso cada vez que vuelve haber esa caída grande se habla de crisis. “Pero con esa medida el mercado ha vaticinado ya 28 recesiones desde 1965. Y solo han ocurrido siete”, apuntan Jeff Schulze y Josh Jamner, analistas de ClearBridge (Legg Mason). “Es un track record que hace que incluso el hombre del tiempo parezca bueno”, ironizan. Es tan buen indicador adelantado que en los últimos 10 años mismamente las bolsas han vivido seis correcciones del 10%. Seis desplomes y ninguna recesión.

ClearBridge ha elaborado un documento extenso que analiza varios de los tradicionales indicadores adelantados que se puede consultar entero aquí. De ese estudio del conjunto sale la siguiente tabla:

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Es un termómetro que refleja el argumento generalizado de las gestoras; que la inversión de la curva es solo un dato en rojo.

Los que no descartan todos los riesgos

Para otros, en cambio, una curva invertida sí supone una mayor probabilidad de que se produzca una recesión. "El hecho de que la curva se invierta puede indicar que, en el mejor de los casos, los inversores esperan que la economía se ralentice, en el peor de los casos indica que la recesión podría estar en camino", resume Keith Wade, economista jefe de Schroders

“Lo más importante es que los proveedores de crédito y de servicios de préstamos también consideran la forma de la curva de rendimientos como parte en su evaluación. El resultado de ambos factores será un endurecimiento de las condiciones financieras que, si se deja el tiempo suficiente, históricamente ha sido el mayor factor de recesión”, añade en esa línea Mark Holman, consejero delegado de Twentyfour AM (Vontobel). En su opinión, la inversión de la curva de rendimiento está totalmente justificada dado el peso de los acontecimientos geopolíticos. “Una cosa absolutamente segura es que una curva invertida no es una buena noticia. La única pregunta es cómo de malas son estas noticias y cómo podrían transmitir y fomentar una mayor preocupación económica”, insiste.

Expertos como Chris Iggo, de AXA IM, también apoyan tener un mínimo de precaución. “Nos debería preocupar la caída continua de los tipos porque están mandando señales muy negativas sobre las perspectivas económicas y pueden causar tensiones (aún desconocidas) en el sistema financiero con implicaciones estructurales”, argumenta.

¿Entonces? Pues que ahora misma nos encontramos en un punto de inflexión. “La inversión de la curva de tipos no provoca una recesión, pero nos indica que nos encontramos en una fase avanzada del ciclo económico”, afirma Jeremy Cunningham, director de inversiones de Capital Group. “Así que, en lugar de considerarla un motivo de preocupación, podría ser un buen momento para que los inversores comprueben que sus carteras están bien diversificadas y que sus posiciones de renta fija pueden limitar el exceso de riesgo”, defiende.

Más que EE.UU. preocupan Europa y China

Las gestoras abogan por analizar todas las fuentes de información antes de hablar de recesión. El sistema propietario de Unigestión, Nowcasters, apunta a que Estados Unidos sigue gozando de buena salud. Si bien no se expande tan rápido como el año pasado, sigue creciendo por encima de su potencial. Andrew Milligan, responsable de estrategia global de Aberdeen Standard Investments, también lo interpreta así. “Sería preocupante si aparecieran indicios de que el sector bancario o los mercados de bonos corporativos tienen menos capacidad y voluntad de prestar”, explica. De momento las gestoras se mantienen firmes en sus previsiones. Desde PIMCO, por ejemplo, estiman un crecimiento del 2-2,5% para 2019 en EE.UU.. Como único dato preocupante que destaca Joachim Fels, asesor económico de la firma, es la media a seis meses del crecimiento neto mensual de los empleos (six-month average net monthly payroll gains). Este se contrajo en julio de 225.000 a 140.000 desde el año pasado.

Lo que sí preocupa a Florian Ielpo, PhD, responsable de análisis macroeconómico de Unigestión es la zona euro y China. Las dos regiones que también remarcan desde Amundi. “Llevamos tiempo hablando de que Europa está cerca de los niveles de recesión”, cuenta Ielpo. Precisamente lo que aúpa a Estados Unidos arrastra a la eurozona: la inversión, el empleo y el consumo. China por otra parte ha sido golpeada por debilidad en el mercado inmobiliario y en la demanda externa.

Por eso, más que una recesión global, Ielpo prestaría atención a la debilidad en Europa. Milligan coincide: “El hecho de que la rentabilidad de los bonos de referencia alemanes esté por debajo del de sus homólogos japoneses sugiere que Alemania y algunas partes el viejo continente podrían estar al borde de una recesión breve o, en el mejor de los casos, las previsiones avanzan un período de crecimiento muy lento acompañado de baja inflación. España parece ser una excepción, pero los problemas fuera del país están causando también dificultades a las empresas y a los hogares españoles, como demuestran las rebajas de las previsiones económicas".