“Va a ser triste para los afiliados al sistema público que continúe coexistiendo con el privado”

Kamil Molendys, Unsplash

Sobre la capacidad de los hermanos pequeños de aprender de los mayores absorbiendo lo bueno y evitando sus errores hay mucho escrito. Y quien dice hermanos, dice procesos o modelos de diferentes instituciones o países. En 1993 Perú siguió el modelo chileno para instaurar un sistema de capitalización por ahorro individual, aunque con la peculiaridad de que ha coexistido todo este tiempo con el sistema público. Si esta situación se prolonga, “va a ser muy triste para los que están en el sistema público”, asegura el presidente de la Asociación de Administradoras de Fondos de Pensiones (AAFP) del país andino, Luis Valdivieso Montano. “Ahora hay una buena situación fiscal, pero si mañana hubiera un problema va tener que haber ajustes paramétricos mucho más fuertes. Eso significa o aumento de la edad del retiro, de la cotización, o reducción de los beneficios; y lo más probable es que sea todo, porque el sistema no está financiado, los aportes no alcanzan para cubrir las pensiones”, sentencia Valdivieso en entrevista con Funds People Latam, en la que repasa la evolución del mercado, sus desafíos, necesidades y retos.

Pero antes de ahondar en el resto de temas, Valdivieso continúa con la defensa del sistema privado de pensiones frente al público por su sostenibilidad y por la rentabilidad del ahorro del afiliado. “Según un estudio del Banco Latinoamericano de Desarrollo (BID), el 60% de los que están cotizando en el sistema público no van a recibir pensión, y en 2050 sería el 80%. El Estado no puede seguir afiliando a personas en un sistema con baja probabilidad de recibir pensión. Lo que se debería considerar es tener un pilar básico solidario para efectivamente dar una pensión vía impuestos a los que no pueden contribuir, pero a los que pueden hacerlo hay que afiliarlos al sistema privado”, explica. Este año la Asociación va a proponer una “solución más salomónica empezando a contribuir más pronto, con una combinación de uso de impuestos y contribuciones personales para lograr una pensión en edad temprana. Si comienzas a cotizar a los 45 es muy tarde, pero si empiezas a los 25 y te retiras a los 65, tendrás una buena pensión. No puedes cotizar 20 años para vivir retirado 20 años, la pensión será baja en comparación con el último salario, con el que te habías acostumbrado a una forma de vida que no vas a poder continuar. Hay que ser imaginativos para modificar el patrón de ahorro”.

La forma más clara de incrementar el ahorro de los trabajadores es conseguir que la economía informal disminuya y se regularice. Un problema del que adolece Perú en gran medida, de hecho, “sólo una de cada cinco personas en edad de trabajar tiene cobertura previsional”, indica Valdivieso. “Hay trabajadores que han cotizado pocos años, y eso es un problema. No se requiere más instituciones sino incentivar el ahorro. Ya hemos trabajado bien en el área de rentabilidad, con buenos equipos de inversión muy calificados y que lo han demostrado con 20 años de track record, con promedios anuales de rentabilidad real por encima del 8%; eso es extraordinario. Lo crítico es sumar más gente al sistema y que no se vayan al sistema de reparto porque ahí seguramente no cobrarán pensión por el mínimo de 20 años cotizados que necesitan. Y hay que incentivar que el afiliado comience a contribuir de una manera más frecuente; esa conciencia hay que desarrollarla”.

La necesidad de aumentar el ahorro corresponde al desarrollo que está viviendo Perú, lo que entre otros factores se plasma en “un incremento de la esperanza de vida de 14 años desde que está vigente el sistema de pensiones”. Sin embargo, el Congreso redujo la cotización obligatoria, ya que si antes los trabajadores cotizaban por las 12 mensualidades más las dos extraordinarias, ahora sólo lo harán por los 12 salarios base, algo que “se le ocurrió a algún iluminado”, lamenta Luis Valdivieso. “Han politizado el sistema. A los administradores se les pide responsabilidad fiduciaria, porque es dinero de los afiliados, pero lo mismo debería decírsele a los políticos porque el dinero no es público sino de los trabajadores. Son muy paternalistas y quieren elegir cuánto se debe ahorrar y dónde se debe invertir. Pero lo importante para nosotros es mantener el diálogo. En un sistema como el peruano la competencia del sector público es muy fuerte. Hasta ahora para un empleador era más fácil registrar a un trabajador en el sistema público que en el privado, a pesar de que es más difícil recibir pensión de dicho sistema porque necesitas 240 mensualidades cotizadas. Además, al no haber cuenta individual no sabes cuánto llevas ahorrado, pagas como si fuera un impuesto, mientras que en el sector privado pagas, te informan y tendrás pensión en cualquier caso. Estamos realizando campañas para llegar a los trabajadores y a los colegios para que las personas lo entiendan mientras que crecen”, arguye el presidente de la AAFP peruana y ex ministro de Economía.

Competencia “mal juzgada”

Luis Valdivieso considera que los resultados obtenidos por los equipos de inversión de las AFP peruanas son muy buenos. De hecho, se calcula que en torno a la mitad del patrimonio de más de 35.000 millones de dólares que gestionan las administradoras corresponde a rentabilidad acumulada. Recientemente las AFP han empezado a poder invertir en infraestructuras, y el límite de inversión exterior es paulatinamente ampliado por el Banco Central que pretende llegar al 40% en julio de 2014. Aun así, no son pocas las voces que piden que se flexibilice mucho más esta restricción en un mercado con poca profundidad. “Cada mes las AFP aumentan en 300 o 400 millones de dólares los recursos que administran, a lo que hay que sumar la rentabilidad que consiguen. Si inviertes todo en casa puedes tener un problema con el tamaño (riesgo de una burbuja)”, recuerda Valdivieso. “Estamos discutiendo el régimen de inversiones para hacerlo más flexible y para dar más seguridad al administrador en la elección de los instrumentos”, añade.

En general, los rendimientos de las carteras de los multifondos de pensiones apenas difieren de una AFP a otra. Esto suele implicar la acusación de falta de competencia desde algunos puntos de vista, algo que descarta el presidente de la AAFP. “Hay un error al juzgar la competencia. El sistema ha inducido a un comportamiento de similares rentabilidades y la competencia se da en gasto de marketing. Una AFP no puede moverse de la media de la rentabilidad más de 200 puntos básicos en el fondo 1, 300 p.b. en el fondo 2 y 400 p.b. en el fondo 3. Todas las AFP evitan desviarse de la media para no tener que poner de su dinero para corregir la desviación. Se juzgó mal la falta de competencia y por eso se adoptó el proceso de licitaciones. Cuando llegó Habitat, otra AFP se vendió, con este sistema se han reducido el número de jugadores. Lo que se hizo para intentar aumentar la competencia ha aumentado la concentración. Es una solución que eventualmente cerrará el mercado”.

Hábitat y el lío de los independientes

AFP Hábitat arribó en el mercado peruano ganando la licitación. En su estrategia los independientes, que debían empezar a cotizar por mandato del Gobierno, eran fundamentales. Sin embargo, finalmente se retrasó la obligatoriedad para los trabajadores por cuenta propia de ahorrar para su futura pensión en el sistema público o privado. “Habitat ganó la licitación sin tener oficinas, así que contaban con estos afiliados, porque es un modelo de negocio basado en Internet. Es un modelo de negocio que está basado en que todo esté sistematizado, y eso ha tomado un tiempo. A los empleadores que no estaban familiarizados con Habitat les resultó más fácil afiliar a sus trabajadores nuevos al sector público. Con los independientes surgió otro problema, ya que hubo un rechazo natural a cotizar ya debido a que estaban acostumbrados a hacer sus propios sistemas de ahorro”, explica el presidente de la AAFP.

“El independiente antes no cotizaba, se trató de dar un incentivo para que cotizara reduciendo la tasa de aporte a aquellos que ganaban menos de 1,5 veces el salario mínimo y tienen menos de 40 años, pero hubo un gran alboroto. Funcionó sólo un mes, se registraron 28.000 independientes en Habitat y al siguiente mes por las protestas el Gobierno decidió posponerlo hasta agosto de 2014 y redujo la tasa de cotización al 2,5%”, añade. “Hay que decirle a la gente que con ese nivel de aporte se hace una pensión ínfima; para eso es mejor no dar nada. El tratamiento de los independientes tiene que revisarse y creo que ahora Habitat ha encontrado el camino de reclutar trabajadores. Ya contrataron gente para visitar empresas, han comprendido que es algo necesario en Perú. Nosotros promovemos el sistema, no a Habitat. Tiene que gastar en hacerse conocer, pero por lo pronto ya han tenido un aumento de afiliados que son los nuevos trabajadores en empresas”, concluye Luis Valdivieso.