El nuevo sistema entrará en vigor el 1 de diciembre, con un período de prueba hasta finales de mayo en que podrán participar todos los bancos que deseen ser operadores primarios en las licitaciones de deuda, tanto de regulación monetaria como del gobierno central. Seis meses después, la autoridad monetaria seleccionará los siete bancos que desde ese momento participarán en las licitaciones. La selección se hará de acuerdo a un ranking de transacciones en el que, para la puntuación final, las efectuadas en el mercado secundario tendrán un peso del 70% y las del primario el 30%.
Los operadores primarios podrán cambiar cada seis meses en función de ese ranking, donde dos bancos que hayan quedado como aspirantes podrán ascender y un número igual dejará de participar en las licitaciones. Los seleccionados como operadores primarios tendrán la obligación de presentarse en todas las licitaciones con un monto mínimo equivalente al 150% de lo ofertado, dividido por la cantidad de bancos habilitados a participar. También deberán presentar cada día en el mercado secundario ofertas de compra y venta de los últimos títulos de deuda pública licitados, por cada plazo emitido, durante al menos la mitad del tiempo en que la sesión bursátil esté abierta.
La nueva modalidad permitirá que otros agentes, como corredores de bolsa, casas financieras, aseguradoras y fondos de pensión, puedan participar a través de una colocación no competitiva, que ofertará adicionalmente hasta un 20% de lo adjudicado a los operadores primarios.