Una historia para San Valentín: el Windsor affaire

Hay personajes con los que una se tropieza una y otra vez. Piden un post a gritos. Pues bien, hoy les hablaré de los duques de Windsor, personajes jugosos donde los haya. Su historia de amor, quizás la más sonada del siglo pasado, aún mantiene como veremos intacto su atractivo.

Imagínense un rey, el de Gran Bretaña nada más y nada menos, renunciando al trono por amor a una mujer a la que no podía hacer su esposa. Una yankee, además, divorciada dos veces.

Estamos en 1936 cuando Eduardo VIII abdica del trono, se casa con Wallis Simpson y se convierten en duques de Windsor, la pareja de “socialites” por antonomasia de su época. Unos personajes, por lo demás, atractivos y controvertidos a la par, desde cualquier punto de vista.

Wallis fue una mujer de reconocido e innegable buen gusto y estilo. Es conocido que el duque obsequiaba a su mujer con hermosas y valiosísimas piezas de orfebrería, que encargaba a los más prestigiosos joyeros de la época entre los que destacaba Cartier. Algunas de esas piezas son auténticas obras de arte, como la pulsera en forma de pantera que la duquesa de Windsor lució el día de su boda. Un objeto sofisticado y atemporal:

Sotheby´s se encargó, en 1987, de subastar la colección de joyas tras el fallecimiento de Wallis. Fue un acontecimiento que pasó a la historia por la expectación despertada y porque se alcanzaron cifras inimaginables.

Y la historia se ha repetido en diciembre de 2010, cuando se han vuelto a subastar 20 de aquellos ítems, demostrando la fascinación que sigue ejerciendo la pareja y poniendo en evidencia ese plus, ese valor añadido que proviene del mito. Precisamente la pantera Cartier, de ónix y diamantes, tenía un precio estimado de un millón pero alcanzó 5,3 millones de euros.

Vean el momento de la subasta aquí

Igualmente, he tropezado con los Windsor al leer sobre Le Moulin de Tuilerie y he querido dárselo a conocer. Se trata de un encantador y recién restaurado hotel campestre situado entre París y Versalles que fue el lugar de retiro de fin de semana de los duques –que tenían su residencia en París por cortesía de l´Etat français.

Allí dieron las fiestas de lo más glamurosas que reunían a Maria Callas, Marlene Dietrich o Elisabeth Taylor. Lo que, sin duda, contribuye a hacer más atractivo el lugar, ya de por sí una joyita como pueden ver aquí

En fin, una historia de amor ahora que nos acercamos a San Valentín. Compremos joyas de Cartier para nuestros amores y retirémonos a lugares tan románticos como “Le Moulin”.

Les dejo con un fragmento de la declaración de abdicación de Eduardo VIII dirigida a la nación: “He juzgado imposible el llevar a cabo la pesada carga de responsabilidad y la dedicación a mis tareas como rey tal y como sería mi deseo, sin la ayuda y el apoyo de la mujer a la que amo”. Para que se inspiren…

“Le Moulin”, retiro de los duques de Windsor, hoy día hotel abierto al público.