Una Fed más dovish descarta subir tipos en 2019: primeras reacciones de las gestoras internacionales

Jerome Powell, Reserva Federal
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Incluso las previsiones de los más optimistas no contemplaban una postura tan acomodaticia como la de la Reserva Federal en la reunión de este miércoles. Hay dos ideas clave que extraer del discurso de Jerome Powell, presidente de la institución americana. Por un lado, que no habrá subidas de tipos en 2019. De hecho, solo habrá una hasta 2021. Por otro, que la retirada de liquidez se frenará más temprano de lo esperado y ahora la Fed calcula que su balance neutral rondará los 3,5 billones de dólares. “La Reserva Federal tenía la difícil tarea de intentar ajustarse a las moderadas expectativas del mercado. A juzgar por la declaración y sus nuevas proyecciones, parece que lo ha logrado”, resume Anna Stupnytska, economista global de Fidelity International. ¿Qué leer de este refuerzo de su mensaje dovish? Las gestoras internacionales ofrecen su análisis. 

“No pensé que lo harían, pero han sido más dovish de lo que se esperaba”, comenta Brian Jacobsen, estratega de inversión senior del equipo de multiactivos de Wells Fargo Asset Management. “Ha habido más consenso que apoya que no haya subidas de tipos en 2019 de lo que esperaba”. Hay que recordar que hace apenas unos meses el mercado contaba con varias subidas de tipos este año e incluso en la reunión de enero la Fed tenía en sus previsiones -según lo que se puede interpretar del famoso dot plot- dos alzas este ejercicio. Varios expertos, entre ellos David Chappell, de Columbia Threadneedle Investments, o François Rimeu, estratega senior de La Française AM, vaticinaban que el banco central recortaría a uno esa previsión, pero no que serían tan drásticos. “La Fed lo va a tener difícil para subir tipos de nuevo este ciclo a menos que la presión salarial comience a notarse en la inflación de manera significativa”, comenta Chappell. 

Pero lo más sorprendente en opinión de Jacobsen es que en septiembre dejarán de no reinvertir su balance, algo que estaba programado hasta diciembre. A partir de octubre, los pagos anticipados de titulizaciones de hipotecas serán reinvertidos en Tesoro americano a 10 años. Algo que vaticinó Rimeu previamente. Este hecho está siendo un motor importante de la renta fija en estos momentos, según Ian Lyngen, analista del banco BMO. Como recuerda, el Tesoro americano a 10 años se mueve en mínimos de 15 años, sobre el 2,53% y la curva americana se sigue aplanando.

Algo sí muy esperado ha sido una rebaja en sus previsiones de crecimiento. “Manteniendo su reciente cambio retórico a la vez que reconoce el empeoramiento económico, la Fed ha revisado a la baja sus perspectivas de crecimiento para  2019 y 2020. También ha revisado, pero al alza, la senda del desempleo durante este periodo”, resume Stupnytska. 

De momento parece que el mercado ha reaccionado moderadamente positivo. Una importante diferencia con el sentimiento en Europa después de la última reunión del BCE, que se interpretó como un mal agüero de la economía de la zona euro. “La clave está en la forma del mensaje. El del BCE estaba acolchado con debilidad, mientras que el de la Fed con cautela”, defiende Jacobsen. Nick Maroutsos, corresponsable de renta fija global de Janus Henderson, coincide en que el tono es casi más importante que el contenido. "Uno de los aspectos más importantes de los mensajes de la Fed es mostrar un elevado nivel de transparencia. Los mercados mantienen la calma cuando reciben declaraciones estables y coherentes: todo mensaje que contradiga este enfoque seguramente se traduzca en un aumento de la volatilidad, por lo que los inversores deben mostrarse precavidos", afirma

Pero aún con todo, hay quienes no descartan que la Fed tenga que volver a dar un giro en su postura si la economía estadounidense finalmente sorprende para bien. De hecho, sigue siendo el escenario base de Fidelity teniendo en cuenta la posible combinación de unas condiciones financieras más fáciles, un endurecimiento de los mercados laborales y algunas mejoras en el crecimiento (y la inflación).

También se muestra escéptico Aaron Anderson, vicepresidente senior de análisis de Fisher Investments: “La Fed ha creado su propia versión del principio de incertidumbre. No puede, simultáneamente, mantener una hoja de balance hinchada e implementar políticas de tipos de interés de manera efectiva, puesto que los bancos cuentan con grandes reservas de efectivo y el mercado de préstamos interbancarios está muerto". En su opinión, la Fed necesita continuar reduciendo su hoja de balance para poder volver a establecer los tipos de interés como su principal herramienta a la hora de implementar políticas. Una hoja de balance más reducida fomentaría la competencia por los depósitos y permitiría que los tipos de interés de los depósitos aumentasen con respecto a sus actuales, muy reducidos, niveles. "Esto resultaría negativo para los beneficios de los bancos, pero positivo para casi todo el resto del mundo”, defiende.