Una cuestión importante que el inversor de high yield debe tener en cuenta

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Mucho se ha escrito sobre el actual entorno de bajos tipos de interés y la forma en que ha llevado a muchos inversores han tratado de buscar activos de mayor riesgo en un intento de generar una rentabilidad que consiga batir a la inflación. Uno de los grandes beneficiarios de esta tendencia ha sido el mercado de deuda de alto rendimiento. Los fuertes flujos registrados este año hacia esta clase de activos así lo evidencian, una situación que ha llevado a algunos expertos, como Russ Koesterich, responsable de Estrategia de Inversión de BlackRock, a advertir que el high yield parecía caro.

Según explica Matt Tucker, director de Estrategias de Renta Fija de iShares, en un artículo publicado en su blog, la mayoría de los inversores son conscientes de que los bonos de alta rentabilidad tienen un mayor riesgo de crédito que muchos otros sectores de renta fija. Pero, lo que quizá pudieran no tener tan claro serían las estrecheces de liquidez que a veces podrían sufrir estos mercados y la rapidez con la que los precios de los bonos de alta rentabilidad pueden caer en un mercado en deterioro. También tienen que tener en cuenta que a veces la correlación entre el mercado de high yield y la renta variable puede llegar a ser muy alta en periodos de estrés.

Tucker pone dos ejemplos de mercados dislocados: la crisis financiera de 2008 y la rebaja de rating de la deuda pública de Estados Unidos en 2011. “Durante los últimos cinco años (octubre 2007-octubre 2012), la correlación entre el mercado de deuda de alta rentabilidad y el S&P 500 ha sido de aproximadamente 0,62. Sin embargo, durante el inicio de la crisis (desde mediados de septiembre a mediados de octubre de 2008), esta correlación aumentó a 0,79. Más recientemente, como consecuencia de la rebaja de la calificación de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, la correlación saltó al 0,97, lo que significa que el high yield y las acciones se movían casi al unísono”, asegura.

¿Qué significado tiene para los inversores? Según Tucker, esto pone de manifiesto que los bonos de alto rendimiento pueden ser una buena clase de activo para la construcción de una cartera que persiga el rendimiento, pero no tiene las mismas propiedades de diversificación que a menudo se busca en la renta fija. “Esta situación se hace especialmente patente durante periodos de caída de los mercados de valores, justo cuando se desea una mayor diversificación. Esto no quiere decir que los inversores deban huir del high yield como clase de activo. De hecho, cualquier otro activo de alta rentabilidad es probable que exhiba un comportamiento similar”, indica.

Para el responsable de Estrategias de Renta Fija de iShares, lo que significa esto es que los inversores deben establecer expectativas realistas para sus objetivos de rentabilidad y buscar que el rendimiento proceda por distintas fuentes, como por ejemplo deuda con grado de inversión, de alta rentabilidad, acciones, bonos del Tesoro de larga duración…  “La rentabilidad nunca es gratis. Es sólo una cuestión del riesgo que se quiere asumir y de la forma en la que esté construida la cartera”, asegura el experto.