Una apuesta por los bancos japoneses

rojo - noticia
Joel Filipe (Unsplash)

“En los últimos 20 años, cuando la economía mundial se recupera, la bolsa japonesa lo hace muy bien durante el siguiente año o dos. Y esta vez la recuperación podría producirse en 2010”. Michael Wood-Martin, gestor del Henderson Horizon Japanese Equity Fund, presenta este argumento como una de las razones de peso para reconsiderar la inversión en renta variable japonesa.

El gestor señala que Japón no sufre de endeudamiento, que sus compañías están saneadas, su sistema financiero mucho más limpio que el del resto de economías desarrolladas y, además, la rapidez del gobierno al adoptar planes de estímulo fiscal puede contribuir a que el consumo interno despegue en algún momento. “Es cierto que los japoneses son más ahorradores que consumidores y hoy ya nadie espera una recuperación de la demanda interna. Es una promesa que nunca se ha cumplido”, reconoce.

Pero Wood-Martin sí encuentra valor en muchas empresas orientadas al consumo interno, como en algunas compañías de servicios de telecomunicaciones. Este fondo de Henderson, que cuenta con una cartera concentrada en torno a los 40 valores, realiza fuertes apuestas sectoriales.

El gestor sobrepondera de manera significativa a los bancos y a las empresas de tecnologías de la información, que representan el 40% de la cartera. “Los bancos japoneses están en mejores condiciones que los del resto del mundo”, afirma Wood-Martin afirma que ya es tarde para entrar en sectores de corte más defensivo, cuyo recorrido considera prácticamente agotado. El fondo de Henderson, de hecho, no invierte por el momento en ninguna empresa de servicios públicos e infrapondera los sectores de sanidad y consumo no cíclico. Esta orientación le otorga al fondo un cierto sesgo hacia el mercado interno y hacia compañías de menor tamaño. El gestor intenta identificar compañías que han perdido la confianza del mercado pero que mantienen unas buenas perspectivas para conseguir beneficios en el largo plazo.

Wood-Martin afirma que el rebote del yen ha servido para recuperar parte del terreno perdido por esta divisa en los años anteriores y espera que la paridad con el dólar se mantenga relativamente estable en los próximos meses.