Una apuesta por el asesoramiento independiente dentro de la banca privada

Los tiempos están cambiando y también los clientes y la banca, tanto internacional como privada. Así lo cree Cesar González Rodríguez, director de red agencial de Bankinter, según indicó en la charla titulada “La importancia del asesoramiento financiero independiente para el negocio de banca privada”, enmarcada en un evento de banca privada celebrado recientemente en Madrid y organizado por IIR España. De hecho, el experto abogó por las nuevas oportunidades de “la banca privada independiente”, que ofrece productos propios y de terceros y también herramientas tanto propias como importadas.

Una propuesta de valor necesaria ante los alarmantes datos de desconfianza por parte de los clientes. Y es que según una encuesta de PwC correspondiente a 2009, sólo el 30% de los inversores están satisfechos con su asesor, y el 41% creen que su asesor no conoce bien sus circunstancias. “El asesoramiento financiero está cambiando profundamente, y también las reglas del juego”, comentó, indicando cómo los asesores independientes gestionan el 70% de los activos en Reino Unido, la mitad en Suiza y ya el 20% en Italia, mientras en España la cifra es mucho menor. Para el experto, este hecho significa que es “un negocio con más futuro que pasado”.

Pero para ello es necesaria una apuesta por un asesoramiento independiente, con agentes, banqueros privados o EAFI como actores. De hecho, para el experto los protagonistas de la gestión de grandes patrimonios del futuro serán tanto la red de agentes, como los banqueros privados, que trabajan bajo una marca pero que asesoran de forma independiente a los clientes. “También es un modelo válido para las EAFI”, comentó el experto, si bien señaló que la retribución de los clientes dependerá del canal.

En su propuesta señaló como asuntos claves para las bancas privadas un asesoramiento integral de cara a sus clientes –ya sean agentes, EAFI o banqueros de la casa-, con gran cantidad de información y la instauración de relaciones a largo plazo y distintas a las de otras áreas del banco; una visión empresarial a largo plazo; y la independencia. “Tanto el agente como la EAFI pueden ser independientes y además deben serlo porque si no lo hacen se están suicidando profesionalmente. El banco pone la marca pero la gestión es del socio”, comentó González.