Un fondo de renta variable global con una visión futurista del mundo y de las compañías

Kamil Molendys, Unsplash

El paisaje económico mundial de la próxima década es una de las referencias más importantes para Bart Baetens, responsable de fondos globales y de renta variable temática de Petercam y desde abril de 2008 al frente del fondo Petercam Equities World 3F. El nombre del producto pretende ser un reflejo de su filosofía: así, las tres efes hacen mención a “Foundation For the Future”, en directa alusión a lo que se busca tener en cartera: compañías globales y de alta calidad capaces de crecer a fuerte ritmo y con potencial de continuar siendo líderes en el año 2020. Una visión un tanto futurista de la que se enorgullece Baetens y que afecta tanto a la asignación geográfica del fondo (que rechaza divisiones tradicionales del mundo) como a la selección de compañías que lo componen, tratando de reflejar el que será el centro de gravedad del futuro. “El PIB de las economías emergentes está creciendo e incrementando su importancia con respecto al mundo desarrollado”, explica, poniendo de manifiesto que ese cambio mundial se resolverá a favor de las economías en desarrollo y como ejemplo, el hecho de que el PIB de Indonesia superará al español en 2021. Y a nivel de stock picking, el fondo pretende descubrir a las compañías que liderarán la economía dentro de una década.

 

Compañías de calidad capaces de ser líderes en 2020 seleccionadas bajo tres condiciones: en el terreno cuantitativo, han de haber demostrado durante 10 años su capacidad para generar beneficios de forma continuada, aportado estables y continuos dividendos durante el mismo periodo y contar con valoraciones atractivas. Como criterio cualitativo, su track record debe mostrar la capacidad de adaptarse a las nuevas circunstancias gracias a una buena gestión y, como “características de supervivencia”, producir bienes tangibles ligados con tendencias de futuro y contar con una estrategia a largo plazo. Por todo ello excluye las salidas a bolsa más recientes, compañías start-ups, firmas sin estrategia de largo plazo y pertenecientes al sector financiero, debido a que no fabrican bienes tangibles, utilizan complejos instrumentos con limitada visibilidad y son “incapaces de controlar sus propios negocios”, en alusión a los últimos rescates gubernamentales.

 

En el terreno geográfico, y bajo la máxima de que el mundo cambiante beneficiará a los que más crecen, algo a lo que tendrán que adaptarse los mercados, realiza un asset allocation basado no en su domicilio geográfico, sino en el PIB y las ventas de las compañías, en el lugar donde generan sus ingresos, con un objetivo de tener exposición en un 50% al mundo desarrollado y la otra mitad al emergente. Actualmente, la asignación geográfica por mercado de cotización se reparte en un 42% en Europa, el 25% en EEUU, el 6% en Japón y el 24% en el llamado “resto del mundo” o mundo emergente, si bien en ventas (de los valores de la cartera) éste representa el 44%, Europa y EEUU un 50% en conjunto (la primera un 24% y el segundo, el 26%) y Japón un 4%. El 2% restante está en liquidez.


Apuesta por Europa

Y es que en los últimos meses, el gestor ha tomado beneficios en firmas de EEUU -pensando también en la carestía del dólar debido al hecho de que no cubren la divisa-, y ha incrementado su exposición en firmas europeas, con precios más presionados, y compañías emergentes. “Estamos muy atentos a los flujos de capital y en 2011 vimos cómo los inversores estadounidenses retiraron dinero de Europa y el mundo emergente, que vio depreciar sus divisas”, explica el gestor, siempre atento a las señales de risk on/risk off. Pero a finales del año pasado ya empezó a comprar firmas del mundo en desarrollo. Con respecto a Europa, dice que ya ha visto lo peor, pero aun así evita los países periféricos, con la excepción de firmas como la española Inditex. “Europa dará sorpresas positivas este año”, añade, indicando la buena salud de las compañías.

 

El objetivo final es invertir en tendencias de largo plazo, las que llama “IDEAs”, acrónimo de los temas que dan nombre a esas tendencias: infraestructuras (con valores como Siemens, Vinci, CRH o IBM que tratan de aprovechar las necesidades de infraestructuras en China, “que para 2025 necesitará construir 10 veces el tamaño de New York”), demografía (con nombres de salud o telecomunicaciones como Teva, Sanofi, Uni-Charm o Novo Nordisk), energía (Gazprom, Total, Petrobras y Exxon, valores que combinan el apetito por el petróleo pero también la creciente importancia del gas en un mundo que cuestiona lo nuclear) y agricultura (Noble group, Deere, Monsanto o ABFoods).

 

La cartera se compone de entre 40 y 50 valores equiponderados con posiciones del 2% (y que con las evoluciones del mercado oscilan entre el 1,8% y el 2,2% y que el equipo de gestión se encarga de equilibrar), fruto de un proceso de monitorización y filtro del universo –firmas con más de 2.500 millones de euros de capitalización- y de una selección basada en la calidad, las valoraciones, el crecimiento, el potencial de dividendo y la contabilidad, con visibilidad a 18 meses como clave.

 

Aprendizaje en la crisis

El proceso de inversión se ha adaptado desde 2008, con la llegada de Baetens, debido al aprendizaje derivado de la crisis que propició la introducción de más transparencia y más medidas de control de riesgos, derivadas de la diversificación –con equiponderación de los valores-, la flexibilidad de asignación sectorial y geográfica y la ausencia de entidades financieras. Y también a la hora de la gestión: si antes ésta era más activa en la parte Europea, ahora lo es a nivel global.

 

La estrategia permite también reducir la volatilidad, gracias al componente de dividendos del fondo, más defensivo. La rentabilidad por dividendo, del 3,8%, aporta estabilidad de forma que el fondo es capaz de batir al índice tanto en mercados alcistas como bajistas. Así, en un periodo de 38 meses, desde 2009, el fondo ha tenido resultados positivos en 25 meses, y en la mitad de esas ocasiones ha batido al índice. Durante casi el 100% de los meses en los que el retorno ha sido negativo (13), ha logrado batir al índice (en 10 ocasiones), lo que demuestra su capacidad de capturar el rally alcista y hacerlo mejor que el mercado en periodos negativos. “Es un fondo apto para funcionar como centro neurálgico de una cartera a la que añadir otros fondos satélite”, apostillan. Los gestores no cubren la divisa.

 

Además del negocio de gestión de activos caracterizado por una gran interacción entre gestores de diferentes clases (renta fija, variable…) y por una visión cada vez más global impulsada por su inversión temática, Petercam es una boutique belga independiente con negocio de banca privada y finanzas corporativas y brokerage. Sus clientes son principalmente francófonos, del Benelux, Francia, Suiza y Escandinavia, donde los fondos de pensiones se ven atraídos por su enfoque de ISR. La parte de gestión de activos (que llegó a tener antes de la crisis 19.000 millones bajo gestión), se acerca ahora a los 14.000 millones.