¿Un Congreso dividido en EE.UU es tan malo como parece para los inversores?

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Eleaf, Flickr, Creative Commons

Durante los últimos días ha habido dos grandes temas que han sacudido a los mercados: la efectividad de la vacuna de Pfizer que permite soñar con un regreso a la normalidad en la primera mitad de 2021 y los resultados de las elecciones de EE.UU que dejan a Joe Biden como nuevo presidente, a pesar de las denuncias de fraude de Donald Trump.

Pese a la reacción alcista que se ha visto estos días ante ambas noticias siendo la de la vacuna la gran impulsora de las acciones, son muchas las incertidumbres que rodean a ambas. Del lado de la vacuna, la principal es ver cómo se va a poder almacenar teniendo en cuenta que requiere una temperatura de 80 grados bajo de cero y qué aceptación tendrá entre la población. Del lado de las elecciones, la gran parte de los comentarios que en estos días han remitido las gestoras versan sobre qué implicará para la Adiministración Biden un Congreso dividido, con la Cámara de representantes en manos de los demócratas, y el Senado en republicanas, la primera administración en 10 años en enfrentarse a ello.

“Un Congreso dividido significa estancamiento, lo que significa statu quo.  Será difícil que cualquiera de las propuestas presentadas por los demócratas sean ratificadas por el Congreso, ya que los republicanos vuelven a ser el Partido de la Oposición”, afirma Jack Janasiewicz desde Natixis Investment Managers.

Una de las grandes dudas es qué pasará con el plan de estímulo que tanto espera el mercado y ahí el consenso es que saldrá para adelante con cambios en lo que respecta a la cuantía (se habla ya de un billon como mucho) y en los plazos (no se espera hasta 2021), lo que deja en manos de la Fed los estímulos a más corto plazo. “La posibilidad de un Congreso dividido hace que las cifras de estímulos presupuestarios situadas en la parte alta de las estimaciones, como las previstas en caso de que los Demócratas se hicieran con el control de las dos cámaras, probablemente no se materialicen. De nuevo, se esperará de la Fed que asuma un mayor peso”, afirma Paras Anand, director de inversiones de Fidelity.

Sin embargo, al igual que un Congreso dividido puede paralizar algunos de los planes de Biden en cuanto a estímulos, agenda verde o sanidad, también supone la puesta en stand by de otros planes que no eran demasiado market friendly como los que se refieren a las alzas de impuestos o aumento de la regulación bancaria y eso puede ser positivo para los inversores. “Para muchos inversores, un gobierno dividido es el resultado más favorable. En mi opinión, las elecciones y los posteriores cambios de políticas no suelen afectar la dirección a largo plazo de las medias del mercado, puesto que no suelen alterar drásticamente la forma en que la economía general funciona”, afirma Colin Moore, director global de Inversiones de Columbia Threadneedle.

Y la estadística le apoya. “Casualmente, según indican nuestros análisis, los mercados han registrado un mejor rendimiento en aquellos periodos en los que el control del Congreso ha estado dividido”, afirma John Emerson, vice presidente de Capital Group International y exembajador de Estados Unidos en Alemania. Desde la gestora han calculado la rentabilidad promedio anual del S&P500 desde 1933 hasta 2019 y han concluido en que es precisamente con Congresos divididos cuando más alzas medias se han visto en el índice estadounidense.

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Además, afirman que el tono político de uno u otro Gobierno en EE.UU tampoco ha influido en la evolución del mercado. “El hecho de que el inquilino de la Casa Blanca haya sido un demócrata o un republicano apenas ha influido en los beneficios totales de las inversiones a largo plazo”, afirma. Y he aquí otro gráfico que lo demuestra.

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Hay que tener en cuenta que el mercado que coge Biden es muy diferente al que cogió Trump, ya que el peso de las tecnológicas supone ahora un 25% de la capitalización del S&P500 por lo que más que de la composición del congreso, una de las claves para que el rally de EEUU se mantenga radica más en cómo afrontará la nueva Administración la guerra tecnológica que mantiene EEUU con China y las nuevas regulaciones que puedan a afectar a este tipo de compañías.  “Un Congreso dividido también limita la capacidad de la nueva administración para aprobar regulación que afecte, sobre todo, a las grandes tecnológicas. Por eso, tal y como están las cosas ahora mismo, podríamos decir que este escenario es el más positivo para el mercado de renta variable”, apunta Brendan Mulhern, economista y estratega del BNY Mellon Global Real Return Fund en Newton, parte de BNY Mellon Investment Management.