Un comportamiento anormal que está pasando desapercibido en el mercado de deuda

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Jakob Owens, Unsplash

La espectacular corrección de las bolsas vista en la última semana y la corrección de los bonos soberanos de las últimas semanas están acaparando numerosos titulares en la prensa, amén del cambio en las expectativas de inflación que han planteado la Reserva Federal y los últimos datos macro publicados en EE.UU. No obstante, resulta obvio decir que están pasando más cosas en los mercados, aunque quizá no se esté prestando la debida atención a todos los fenómenos en desarrollo. En este sentido, Deutsche AM ha detectado un comportamiento anómalo que refleja en su informe El Gráfico de la semana.

En la gestora alemana recuerdan que, partiendo de la regla general de que un mayor rendimiento implica asumir mayores riesgos en los mercados, por norma general los bonos con vencimientos más largos van a tender a ser más volátiles que los vencimientos más cortos en un contexto económico normal. “Eso es exactamente lo que puedes ver actualmente, si observas los llamados activos refugio, como son los bonos del Tesoro de EE. UU. o el bund alemán”, explican los analistas de la firma.

Aquí viene la anomalía: “Si se compara la volatilidad de los precios de estos bonos con la de los bonos soberanos comparables emitidos por los gobiernos de los mercados emergentes, surge una imagen algo extraña. Últimamente, los bonos del Tesoro de EE.UU. han sido más volátiles que los bonos de fecha similar emitidos en dólares estadounidenses por varios mercados emergentes”, precisan. Es una situación que también se está produciendo en la comparativa entre el bund alemán con otros bonos emergentes, como por ejemplo los bonos soberanos polacos denominados en euros. “Y eso es así a pesar de los rendimientos significativamente más altos que siguen ofreciendo los bonos de los mercados emergentes”, añaden.

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Los expertos de la gestora explican que este dato es sorprendente porque, por norma general, los bonos de mercados emergentes son percibidos como de mayor riesgo que los bonos de mercados desarrollados, y así debería reflejarse en los rendimientos ofrecidos por unos y otros. “Desde hace tiempo, sin embargo, los inversores han estado buscando la rentabilidad para actuar como amortiguador de posibles pérdidas en caso de que aumenten las rentabilidades principales. La fuerte demanda en bonos de mercados emergentes se refleja en su volatilidad relativamente baja”, explican en Deutsche AM.

La previsión de la firma es que es poco probable que esta situación cambie mucho en el corto plazo, pero “siempre y cuando el entorno positivo para los activos más arriesgados, respaldado por sólidos datos fundamentales, continúe”.