Un cambio de tendencia en el ahorro de los españoles

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Cedida

Vivimos tiempos de incertidumbre. La crisis financiera, la pérdida de credibilidad en bancos y asesores, los cambios continuos de la legislación, los vaivenes de los mercados… Cada día nos asaltan nuevas dudas e interrogantes. Y es más, no confiamos en que alguien nos dé la respuesta que necesitamos. Por eso, lo que deberíamos preguntarnos es: ¿Estoy realmente preparado para afrontar el futuro? ¿Estoy bien asesorado? ¿Tengo un plan global o voy improvisando? ¿Qué será de mis ahorros? ¿Qué hacer con ellos? La compleja situación y la desconfianza en el devenir de los próximos meses han cambiado la tendencia en el ahorro de los españoles.

En Optima Financial Planner hemos extraído reveladoras conclusiones sobre la evolución de la tendencia en el ahorro en España. Al inicio de la crisis, entre los años 2007 y 2009, el porcentaje de la renta disponible que las familias españolas destinaron al ahorro aumentó hasta el 19%, es decir, que sobre una renta disponible de 1.000 euros anuales una familia media española pasó a destinar 190 euros anuales al ahorro, registrando en tan solo dos años un aumento de 7 puntos porcentuales, ya que en  2007 la tasa de ahorro se situaba en el 12%. La tasa de ahorro experimentó un cambio de tendencia en plena crisis desde comienzos de 2010 hasta la actualidad, perdiendo 5 puntos porcentuales: así, una familia española ha pasado de destinar 190 euros al ahorro -de 1.000 euros de renta disponible- en 2010 a los 140 euros actuales. Si sumamos los dos comportamientos, vemos que desde 2007 la tasa de ahorro ha experimentado un aumento de 2 puntos porcentuales, pero se confirma una tendencia bajista del indicador desde comienzos de 2010.

Para explicar estos dos cambios de tendencia, en Optima hemos analizado la influencia sobre la tasa de ahorro de variables que se han visto alterados por la crisis, tales como el desempleo, el tipo de interés real, la inflación, la renta disponible y la riqueza de los hogares  españoles. Durante los primeros años de crisis, hasta 2010, se produjo un aumento de la tasa de ahorro debido al efecto positivo que ejerció sobre ella el aumento del desempleo; es decir, ante incrementos de la tasa de paro, a las familias españolas se les presentó una nueva contingencia y para solventar la solución destinaron un mayor importe de su renta disponible al ahorro, detrayendo estos importes al consumo corriente. En el mismo periodo, la tasa de ahorro se vio incrementada por un aumento del tipo de interés real del dinero, en lo que se denominó la guerra del pasivo, así como un aumento en la tasa de inflación; en un principio, este hecho erosionó el valor del ahorro, pero al mismo tiempo generó una incertidumbre que contribuyó a elevar la tasa de ahorro.

Otro factor determinante del aumento de la tasa de ahorro fue la reducción del precio de la vivienda, que disminuyó la riqueza neta de las familias, de forma que estas redujeron su consumo y destinaron un mayor porcentaje de su renta disponible al ahorro; es lo que se ha denominado ‘efecto riqueza’. La reducción de la tasa del ahorro desde 2010 hasta la actualidad ha sido provocada por una dificultad de acceso a la financiación; esto se debe a que tanto el ahorro como la demanda de financiación son las dos variables que cubren necesidades de gasto futuras, de forma que al complicarse el acceso a la financiación se ha atendido el consumo primario con  ahorros presentes, reduciendo por tanto la tasa de ahorro en previsión del futuro.

De las variables estudiadas, desde Optima podemos confirmar que la tasa de ahorro tenderá a estabilizarse en niveles anteriores a las crisis, en torno al 12%,  siempre y cuando se reduzcan las incertidumbres en variables como el desempleo, el tipo de interés real, la inflación, la renta disponible y el precio de la vivienda; y siempre que se facilite un mayor acceso de las familias a los mercados financieros, de forma que puedan financiar su consumo corriente.