UBAM Absolute Return Low Vol Fixed Income: un fondo ultradefensivo que busca minimizar las caídas en momentos de estrés

Christel Rendu de Lint (UBP)
Foto cedida

El UBAM Absolute Return Low Vol Fixed Income es un fondo que busca proporcionar un perfil de rentabilidad/riesgo equilibrado a lo largo de las distintas situaciones macroeconómicas y ciclos económicos usando un proceso de asignación top down a lo largo de los mercados de renta fija global. En términos de exposición, la flexibilidad del fondo, sin restricciones y con un claro sesgo hacia la liquidez, hace una asignación proactiva en los distintos segmentos del mercado de renta fija.

Esta estrategia, que cuenta con Sello Funds People en 2019, con la calificación Blockbuster, está diseñado para proporcionar a los inversores una rentabilidad similar a los productos de renta fija incluso en periodos de subida de tipos de interés. Por ello, el fondo tendrá la flexibilidad de tener una exposición a tipos de interés de hasta –2 años y hasta 4 años. La asignación de activos y la construcción de carteras están muy ligadas al control de riesgos para poder mitigar y controlar la volatilidad, y por ello las caídas del fondo.

“La gestión del riesgo es un punto clave en el proceso de inversión a través de la verificación coordinada entre el presupuesto de riesgo top down y bottom-up. En particular, la correlación de la clase de activo en momentos de estrés es clave en el presupuesto de riesgo del fondo. El objetivo del fondo es obtener una rentabilidad de Eonia +2% con una volatilidad máxima del 2% que típicamente se ha movido en torno al 0,5% anual”, explican Christel Rendu de Lint (en la imagen) y Philippe Gräub, cogestores del fondo.

El producto se gestiona desde Ginebra por parte del equipo de renta fija global y Absolute Return. Este equipo tiene un histórico estable en rentabilidad ajustada al riesgo a lo largo de distintos ciclos económicos y distintas condiciones financieras económicas. El proceso de inversión se basa principalmente en una asignación de activos top down, si bien hay una combinación de aspectos top down y bottom up a través de tres fases.

En la primera, definen el escenario macroeconómico y la visón top down tendencias económicas cíclicas y estructurales, políticas monetarias, temáticas generales de mercado y políticas; y análisis top down de valor relativo, centrado en segmentos. La conclusión de este análisis da como resultado la visión en la asignación.

En la segunda fase analizan el riesgo y la correlación de la visión de asignación (análisis de volatilidad y correlación y test de estrés y escenario de caídas). La conclusión de este estudio dictamina una asignación de activos concreta y adaptada a las restricciones y límites de riesgo de la cartera.

Por último está la fase tres, en la que seleccionan los instrumentos para el análisis bottom up (análisis fundamental de crédito bottom-up, centrado en investment grade, y análisis de valor relativo bottom up, centrado en emisores e instrumentos). Esto da como resultado la construcción de cartera. “La rentabilidad la monitorizamos a tiempo real y todas las fases son analizadas y revisadas de manera continuada para asegurarnos la integración de la nueva información que pueda ir ocurriendo”, aseguran.

El resultado de todo este proceso es una cartera que ofrece una asignación flexible a lo largo de los distintos segmentos de renta fija global en todas las condiciones macroeconómicas y de mercado e incluso en momentos de subida de tipos de interés. El objetivo del fondo es obtener en el largo plazo una rentabilidad similar a los bonos que añadirá diversificación y baja correlación a la típica cartera equilibrada. El proceso de inversión (top down macro driven) lleva siendo implementado por el equipo de Christel Rendu de lint y Philippe Gräub desde hace casi 20 años.

“Contamos con una gestión del riesgo disciplinada en todas las fases del proceso de inversión. La gestión del riesgo está en el centro de las decisiones de inversión. El fondo es ultradefensivo y busca minimizar las caídas en momentos de estrés. Cuenta con una ratio de Sharpe de 1,7. En distintas fases de pánico del mercado, el fondo ha sido capaz de controlar las caídas mucho mejor que sus competidores. Además, es un fondo muy líquido ya que utiliza instrumentos como los índices de CDS para la parte de high yield”, destacan los gestores de UBP.