Tres preguntas que el inversor debe tener en cuenta durante el resto de 2014

MarkBurgess
Foto cedida

La renta variable y la renta fija mundiales avanzaron en mayo de 2014, superando la primera a esta última en moneda local; en el conjunto del mes, el índice MSCI World subió un 2,34% en términos de rentabilidad total, mientras que el índice JP Morgan Global Government Bond generó una rentabilidad del 0,87%. Las materias primas, que se habían comportado de forma excelente antes de mayo, cedieron algo de terreno, y el índice Dow Jones-UBS Commodity obtuvo una rentabilidad negativa total en dólares del 2,87%. No obstante, las rentabilidades de la clase de activos se mantienen en terreno muy positivo en lo que llevamos de 2014.

De cara al futuro, creemos que hay tres preguntas que los inversores deben tener en cuenta durante el resto de 2014:

1. ¿Cómo reaccionará la renta fija a la normalización de la política en EE. UU.?

2. ¿Qué sucederá en los mercados emergentes cuando se normalice la política?

3. ¿Impulsarán al alza los beneficios empresariales a los mercados de renta variable?

En los últimos meses, los mercados de renta fija nos han planteado un dilema, hasta el punto de que, a mitad de mayo, celebramos una reunión especial de perspectivas para debatir sobre el importante descenso de los rendimientos de la deuda pública de los países centrales. En EE. UU., esperamos que el crecimiento del PIB se sitúe en torno al 2,5% este año y que la coyuntura macroeconómica general sea probablemente más sólida de lo que indican los datos del PIB del primer trimestre. Si todo lo demás se mantiene igual, esto debería impulsar al alza los rendimientos de los bonos, especialmente si la Fed pone fin a su programa de expansión cuantitativa de aquí a unos meses.

Las perspectivas para los mercados de renta fija de la zona euro son más difíciles de establecer: Alemania y España parecen exhibir una dinámica de crecimiento claramente positiva, lo que debería ejercer cierta presión alcista sobre los rendimientos de mantenerse dicha dinámica. En cambio, las perspectivas de crecimiento de países como Italia y Francia siguen siendo muy discretas, lo que probablemente mantenga bajos los rendimientos. La ausencia de crecimiento en Francia e Italia resulta preocupante, teniendo en cuenta que los niveles de deuda siguen siendo elevados en un momento en que la inflación del conjunto de la zona euro se halla en niveles muy bajos (de solo el 0,5% interanual a finales de mayo de 2014).

El BCE ha reaccionado rebajando los tipos de interés oficiales hasta situarlos en mínimos históricos y ahora cobra a los bancos por depositar sus fondos. Además, ha diseñado un nuevo programa de operaciones de refinanciación a largo plazo (LTRO, por sus siglas en inglés) para que los bancos presten dinero y ha afirmado que intensificará los preparativos relacionados con las compras directas de valores de titulización de activos. Aún falta por ver si esta respuesta política surtirá efecto, si bien demuestra desde luego que el BCE no ha tirado la toalla para evitar un periodo prolongado de baja inflación.

En los mercados emergentes, en la matriz de nuestra asignación de activos, seguimos siendo optimistas con respecto a la deuda de mercados emergentes denominada en moneda local; mis compañeros James Waters y Toby Nangle han comentado recientemente el valor que ofrece esta categoría de activos, especialmente para aquellos inversores que busquen rendimientos absolutos. Sin embargo, mantenemos un sesgo desfavorable a la renta variable de los mercados emergentes, ya que seguimos preocupados por las perspectivas macroeconómicas de China (componente importante de los índices de renta variable de los mercados emergentes, aunque relativamente pequeño en relación con los índices de deuda de dichos mercados).

Como ya he venido indicando, resulta muy difícil encontrar ejemplos de expansión del crédito en los volúmenes vistos en China que no hayan provocado a las autoridades dolores de cabeza importantes una vez acabada la época de bonanza. Nuestras perspectivas con respecto a los mercados de renta variable para el resto del año son positivas; el retorno de la actividad de fusiones y adquisiciones ha sido muy bien acogido en los últimos meses y, aunque esto incrementa el riesgo de destrucción de valor por parte de los equipos directivos de las empresas a largo plazo (por ejemplo, si pagan en exceso o adquieren empresas que más tarde no resultan adecuadas), supone un respaldo a corto plazo importante para las acciones, especialmente en un momento en que la Fed está reduciendo gradualmente la expansión cuantitativa.

En los últimos meses se ha producido una importante rotación de estilos, si bien en general los mercados de renta variable se han comportado de forma extraordinaria y los niveles actuales de los índices invitan a pensar que los inversores siguen confiando en las perspectivas de beneficios. Por ello, a finales de mayo redujimos nuestra exposición no solo a la deuda pública sino también al crédito con calificación investment grade, ya que el descenso de los rendimientos de los países centrales ha supuesto que ambas clases de activos parezcan caras. Utilizamos el producto obtenido para comprar renta variable japonesa, cuyos fundamentales siguen mejorando aunque el mercado va rezagado con respecto a otras regiones desarrolladas en lo que llevamos de 2014.