Tres indicios que sugieren que la deuda emergente podría estar acerándose a un punto de inflexión

James_Barrineau
Cedida por Schroders

TRIBUNA de James Barrineau, responsable de deuda emergente de Schroders. Comentario patrocinado por Schroders.

Tras las recientes ventas masivas, se ha generado un margen de seguridad para los inversores en estos mercados, y si tenemos en cuenta situaciones anteriores la historia sugiere que podría estar perfilándose una oportunidad de compra en el segmento de la deuda emergente.

Si echamos la vista atrás, siempre han existido tres señales en el ciclo de los mercados emergentes que los inversores no deben pasar por alto antes de volver a exponerse a este universo.

Y parece que estos ya podrían haberse materializado.

1. Fortaleza del dólar = desinversión en mercados emergentes

¡Cumplido!

El dólar (USD) se ha apreciado más de un 7,5% desde el 16 de abril, mientras que, en lo que va de año, el índice de deuda pública emergente denominada en dólares ha caído un 4,9% y el índice de deuda denominada en divisa local, un 9,5%.

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2. La fortaleza del dólar genera turbulencias en los mercados emergentes y a escala internacional = desinversión en mercados emergentes

¡Cumplido!

Esto se produce cuando los mercados emergentes con mayores necesidades de financiación externa se ven presionados por el mercado, como acabamos de ver en Turquía y Argentina. Para calcular este baremo se suele utilizar principalmente el déficit por cuenta corriente.

3. La respuesta en forma de políticas aborda de forma irregular la crisis de liquidez = desinversión de los activos emergentes restantes

¡Estamos aquí!

Pongamos como ejemplo Indonesia que, pese a no estar en el ojo del huracán, ha subido sus tipos de interés para poner freno al crecimiento y abordar de forma proactiva las preocupaciones del mercado.

En este escenario, los resultados son inciertos y los mercados tienen dificultades para equilibrar la mejora de los marcos políticos frente a una falta de confianza atroz por parte de los inversores. Solo en las dos primeras semanas de agosto, el índice de deuda pública denominada en dólares ha descendido un 1,7%, y el índice de deuda denominada en divisa local, más de un 5%.

Una vez observados estas tres señales, el siguiente paso siempre suele ser el punto de inflexión.

4. El punto de inflexión: los acontecimientos en los mercados desarrollados provocan una reversión de la liquidez = inversión en mercados emergentes

Si las turbulencias a escala internacional o en los mercados emergentes empezaran a afectar principalmente a EE.UU., la Reserva Federal sugeriría el fin de su ciclo de subidas. Este hecho fue el detonante de la espectacular recuperación de los mercados emergentes desde principios de 2016 y a lo largo de 2017.

Una ralentización de EE.UU. agravada por un dólar demasiado fuerte o una drástica corrección de las plazas bursátiles por cualquier motivo tendría los mismos efectos. De la misma manera, si EE.UU. sufriera consecuencias negativas derivadas de la guerra comercial también obtendríamos un resultado similar.

¿Cuándo llegará el punto de inflexión?

La incógnita se plantea en la distancia que hay entre el paso 3 y el 4.  La envergadura de las ventas que observamos en agosto incrementan, lógicamente, las probabilidades de que los mercados generen un margen de seguridad para los inversores. Este escenario brinda cierta tranquilidad a los aspirantes a invertir en el universo emergente mientras se espera que se materialice el cuarto paso. No obstante, al igual que con muchos puntos de inflexión, este momento solo será evidente a toro pasado.

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