Estos son los desafíos que debe afrontar la industria de gestión de activos para garantizar su supervivencia

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Nicholas Kampouris, Flickr, Creative Commons

Nunca la industria de gestión de activos había sido tan innovadora como lo es actualmente. Y probablemente nunca haya gozado de tan buena salud, gracias al crecimiento del patrimonio en los años post crisis global financiera (cerró 2016 con un patrimonio global de 84,9 billones de dólares). Sin embargo, el momento no es del todo dulce, puesto que son numerosas las asignaturas pendientes que deben afrontar la industria para mantener su crecimiento… y su rentabilidad.  Amundi ha elaborado un white paper en el que analiza en profundidad todos estos desafíos, resumidos a continuación por Philippe Ithurbide, responsable global de análisis de la firma.

#1 Como seguir siendo rentables en un mundo de tipos bajos

El primero de ellos es el cambio del entorno en el que la industria desarrolla su actividad, marcado por un incremento en la competición por ganar escala y plantar cara a los nuevos jugadores al tiempo que aumentan las restricciones regulatorias y persisten los tipos de interés bajos. También hay cambios estructurales macro en juego: la caída de la tasa de población activa y de la productividad; el aumento de la desigualdad; la caída de la renta real disponible y el impacto del peso de la deuda sobre finanzas públicas y privadas. “El desapalancamiento todavía está por venir, si nos fijamos en los indicadores de deuda privada, pública o total dependiendo del país”, denuncia Iturbide. “La estabilidad macroeconómica de tal régimen requiere tipos bajos, y esto debería prolongarse algún tiempo, porque estos cambios son más estructurales que cíclicos”, añade.

La fotografía se completa con algunas novedades: el final de las políticas acomodaticias, el “lower for longer”, y la gran desinflación; la difícil sostenibilidad de unos tipos en mínimos históricos y la falta de claridad en el debate sobre el aumento de la productividad.  

No obstante, Ithurbide recuerda que muchas gestoras ya han tenido que adaptarse a estos tiempos cambiantes. Da algunos ejemplos: la revisión de conceptos como “activos libres de riesgo”; la redefinición del concepto de diversificación de carteras; la revisión a la baja de las comisiones y un mayor foco sobre los servicios de asesoramiento. A un tiempo, los inversores han tenido que hacer algunas concesiones para poder obtener más retornos: más riesgo de crédito, más apalancamiento, más activos que proporcionen rentas con baja volatilidad o una gestión más activa de la curva.  

#2 Cómo rentabilizar las mega tendencias

El segundo gran desafío es el surgimiento de mega tendencias (cambios demográficos, cambio climático, revolución tecnológica, inversión socialmente responsable…) y, más concretamente, cómo puede la industria hacer negocio con ellas. “Invertir en mega tendencias tiene varias ventajas: es una buena manera de invertir en los ganadores del futuro, de alejarse de los temas de la estanflación secular y de ganar mayor exposición al crecimiento secular, al reducir la exposición a factores puramente cíclicos y rentabilizando los acercamientos temáticos”, comenta el responsable.

Las dos grandes tendencias a las que Amundi está prestando más atención son al cambio climático y a la Inversión Socialmente Responsable (ISR). Sobre la primera, el experto destaca las dificultades que plantea un tema “sumamente técnico” para desarrollar ideas concretas de inversión y atraer capital. Lo que ha hecho Amundi ha sido alcanzar un acuerdo con la eléctrica EDF según el cual EDF selecciona los proyectos energéticos más prometedores de acuerdo con una serie de criterios técnicos y Amundi le proporciona financiación a través de su red de grandes inversores institucionales internacionales que quieran diversificar mejor sus carteras y obtener exposición a la mega tendencia.

El modus operandi de Amundi en materia ISR consiste en ayudar a los clientes a definir su política ISR, establecer cuál será su universo de inversión, calibrar y monitorizar los riesgos que asuman, construir sus carteras – aplicando filtros de exclusión y selección Best in Class- y la elaboración de informes posteriores. Además, la gestora ayuda a sus clientes en aspectos como políticas de compromiso, gestión de aspectos controvertidos y la comunicación sobre impact investing.

#3 El negocio de la disrupción

Ithurbide plantea el tercer desafío como la respuesta a esta pregunta: “¿Cómo transformarán – o no- lo que llamamos Watsonización (desarrollo de computación cognitiva), Googlización (la disponibilidad de un gran volumen de datos), Amazonización (el poder de las plataformas), Uberización (nacimiento de nuevos modelos de negocio) y Tuiterización (hacer negocios en un mundo cada vez más conectado y colaborativo) a la industria de gestión de activos?”.

Ithurbide aclara que “la gestión de activos ya está en el negocio de la disrupción”, en el sentido de que las gestoras no son ajenas a estos cambios, y muchas están invirtiendo en el desarrollo de tecnologías para adaptarse. Como resultado, el responsable vaticina que “la gestión de cartera será redefinida en gran parte como computación cognitiva y los análisis resultantes tendrán impacto sobre los modelos de negocio”, mientras que el negocio de la distribución se verá afectado “por las estrategias centradas en los datos y las plataformas online”.

El responsable añade que “el big data dará a las compañías de gestión de activos nuevas oportunidades para mejorar los conocimientos de los inversores, alcanzar un compromiso más profundo con los clientes y comprender sus preferencias, en constante evolución”. Añade que “las compañías que tengan la capacidad de desarrollar infraestructuras e invertir en innovación también tendrán ventajas competitivas que serán difíciles de superar”.

Finalmente, el experto comenta que, a medida que la actividad de inversión esté más guiada por el procesamiento de datos, “debido a los requisitos regulatorios y del inversor, la calidad de las transacciones y de las plataformas de trading serán un factor competitivo cada vez más importantes”. En este terreno de juego, Ithurbide destaca que la tecnología blockchain “hará posible entrar automáticamente en cualquier transacción online y proporcionar transparencia total a todas las transacciones”.  

A partir de este extenso análisis, el responsable aporta la siguiente conclusión: “Para seguir siendo competitivos y rentabilizar las nuevas oportunidades, las compañías de gestión de activos deben pensar más en sus modelos de negocio e ir más allá de las simples mejoras”. Para Ithurbide, la adaptación “requiere una nueva forma de pensar, un ajuste consciente de la mentalidad y un liderazgo efectivo a nivel compañía y en la industria”.