Tres gráficos para conocer si las empresas están elevando los dividendos o no

Monedas
Siddy Lam, Flickr, Creative Commons

Con Europa coqueteando con la deflación y los tipos de la deuda pública sumamente deprimidos – que no en terreno negativo- en varios países europeos, cada vez más gestoras apuestan por las acciones que pagan dividendos como una manera atractiva de generar rentas periódicas. Henderson es una de las primeras que ha explorado esta tendencia, con el lanzamiento en marzo del año pasado del Henderson Global Dividend Index (HGDI), un estudio pionero sobre las tendencias de los dividendos mundiales en el largo plazo que empezó a desarrollarse en 2009. Actualmente, el indicador se sitúa en los 159,9 puntos, lo que implica que el reparto de dividendos ha experimentado un crecimiento de aproximadamente el 60% desde su creación. 

En la quinta edición del análisis de Henderson sobre dividendos en base a la evolución del índice (acotado al cuarto trimestre de 2014), se observa que los dividendos distribuidos el año pasado batieron un nuevo récord de 1,167 billones de dólares, lo que supone un incremento interanual del 10,5% en términos generales o un 8,8% en términos subyacentes.

Atribuyen la diferencia entre ambas tasas al volumen de dividendos extraordinarios repartidos durante el año, “muy elevado debido fundamentalmente al gran pago realizado por Vodafone en el primer trimestre”, indican.

Desde la firma británica señalan asimismo que el reparto total de dividendos fue inferior a su previsión del 1,3%, algo que se puede explicar principalmente por la apreciación del dólar en el cuarto trimestre, que restó 10.900 millones al total, al convertirse los dividendos abonados en todo el mundo a unos tipos de cambio inferiores.

Desglose por regiones

Estados Unidos se ha despedido de 2014 como el principal motor del crecimiento de los dividendos a escala mundial en 2014: las retribuciones de compañías estadounidenses alcanzaron los 355.300 millones de dólares, con un crecimiento general del 17% y uno subyacente del 15,6%.  Desde Henderson aportan dos datos adicionales. El primero, que el vecino del norte, Canadá, se quedó rezagado (un crecimiento subyacente del 4% y una caída en términos generales del 3,9%) debido principalmente a la depreciación de su divisa.

El segundo es que el aumento de los repartos realizados en Estados Unidos superó al total de los dividendos distribuidos por las empresas japonesas durante todo el ejercicio, y eso que observan un “alentador crecimiento general del 5,9%” (del 14,8% en términos subyacentes) en Japón gracias al reparto total de 49.100 millones de dólares.  La depreciación del yen también ha tenido un papel importante sobre las retribuciones, que crecieron en una gran variedad de sectores representativos de la economía nipona. 

El desglose de la evolución del índice también muestra que 2014 ha sido un gran año para Europa (excluyendo Reino Unido), donde se distribuyeron 229.400 millones de dólares que han dejado un crecimiento general del 12,3% y un nada desdeñable crecimiento subyacente del 6,0%. Entre los países con mayor peso, el informe destaca que “España y Suiza fueron los que mejores cifras registraron”. En cambio, Francia y los Países Bajos se situaron en mitad de la clasificación, mientras que Alemania e Italia obtuvieron los peores resultados en comparación con el conjunto de la región.

No obstante, desde Henderson advierten de que la evolución del indicador puede variar de forma sustancial en el futuro próximo: “Dado que la mayor parte de los dividendos en Europa se distribuye en el segundo trimestre, la marcada caída del euro aún no ha tenido repercusión. Ésta se hará notar en 2015”. 

Reino Unido, por su parte, tampoco se ha quedado atrás, pues gracias al ya citado dividendo extraordinario de Vodafone se ha alcanzado una cota anual de récord, con 135.200 millones de dólares repartidos entre los accionistas. La divisa vuelve a influir en el crecimiento subyacente, que cedió un -1,7% en parte por la fortaleza de la libra. 

Más dificultades han experimentado las compañías de países emergentes. Los dividendos pagados en este universo descendieron un 11,7% en términos generales, hasta los 114.000 millones de dólares, “un dato que encuentra su explicación en la bajada de los dividendos extraordinarios, la depreciación de las divisas y las variaciones en el índice”. Si se excluyen estos efectos, el crecimiento subyacente fue del 8,5. 

Los datos son algo mejores para la región Asia Pacífico, que registró un incremento general del 2,9% y subyacente del 4,9% (115.600 millones de dólares). No obstante, este crecimiento viene con matices, puesto que de los BRICS sólo China registró un crecimiento general positivo, mientras que los repartos en Rusia se redujeron a la mitad. Las cotizadas de Hong Kong abonaron 40.300 millones de dólares en dividendos, un claro ascenso gracias unos repartos extraordinarios por valor de 7.7 millones de dólares. En cambio, Australia protagonizó una caída interanual de 4.900 millones (se repartieron 50.400 millones en concepto de dividendos) debido casi totalmente a la depreciación de su moneda. 

Diferencias entre sectores

El análisis también constata la  amplia divergencia en los resultados por sectores: mientras que las mineras sumaron su tercer año consecutivo de dividendos a la baja, tecnología y consumo discrecional se anotaron muy buenas cifras.

Desde Henderson aprovechan para recordar que el sector petrolero es el segundo sector más importante en lo que a dividendos se refiere: “Las compañías productoras de los mercados desarrollados contribuyeron con un 75% a los dividendos del sector petrolero y es probable que mantengan sus repartos pese a la caída de los precios del petróleo, mientras que las empresas emergentes probablemente recorten sus distribuciones en dólares”. 

De hecho, la combinación de la apreciación del dólar y la caída del precio del petróleo son los principales elementos que tienen en cuenta en sus perspectivas de cara a la evolución mundial de los dividendos en 2015: según sus estimaciones, se destinarán 1,176 billones de dólares a retribuciones, lo que supondría incremento interanual del 0,8% y un crecimiento subyacente del 6,9%.