Tres de cada cuatro emisores europeos impulsa su compromiso ESG a raíz del coronavirus

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Soroush Karimi, Unsplash

Son pocas las cosas positivas que se pueden sacar de la crisis desatada por el coronavirus pero en esa corta lista habría que incluir el aumento de compromiso por parte de empresas e inversores en cuanto a su compromiso con los criterios ESG. Son muchos los estudios y encuestas que se han publicado en los últimos meses que muestran este aumento del interés hacia lo que es ESG y el banco HSBC acaba de publicar una de las últimas.

Según su Encuesta sobre Financiación e inversión Sostenible 2020, este interés no solo ha aumentado entre los inversores europeos sino también entre los emisores. Con respecto a los inversores, la encuesta destaca que el 79% cree que las cuestiones ambientales y sociales son muy importantes o algo importantes. Si bien la cifra es inferior al 86% de los inversores a nivel global, lo cierto es que los inversores europeos muestran una mayor responsabilidad a la hora de evitar las inversiones con repercusiones negativas en el medio ambiente y la sociedad ya que así lo defiende el 61% de los inversores europeos en comparación con el 53% a nivel mundial. Y de hecho, el 39% afirman tener en cuenta los temas relacionados con la ESG en su toma de decisiones, por encima del 31% de los inversores que lo hacen a nivel mundial.

Este aumento del interés hacia la ESG se ha dejado notar también entre los emisores europeos.  Así, la encuesta revela que la pandemia ha fortalecido la opinión sobre la sostenibilidad de más de uno de cada tres emisores europeos (36%) y, además, tres cuartas partes (77%) también aseguran que la COVID-19 ha reforzado su compromiso con el ESG o les ha hecho darse cuenta de que habían prestado muy poca atención al componente social de ESG.

No en vano, hay que tener en cuenta que dentro de los planes de recuperación de la economía tras el COVID-19 que se han puesto en marcha en Europa hay un claro interés en impulsar las iniciativas que sean sostenibles como lo demuestra el hecho de que el BCE haya optado por incluir entre sus programa de compras a los bonos ligados a la sostenibilidad o que la Comisión Europea haya optado por financiar el SURE con bonos sociales.

“Las finanzas sostenibles han pasado a formar parte de la corriente principal de los mercados de capital más rápido de lo que esperábamos y, a medida que eso sucede, los acuerdos en materia de ESG están siendo considerados cada vez más como un activo tradicional en lugar de ser un reflejo del compromiso con las cuestiones sociales y ambientales”, afirma Daniel Klier, global head of sustainable finance de HSBC. “Este es un desarrollo optimista ya que, en última instancia, el éxito a largo plazo del mercado se verá moldeado por la capacidad de las inversiones en ESG para competir con otras opciones tradicionales en cuanto a riesgo y rendimiento”, ratifica.