La nueva realidad a la que se enfrentan las entidades financieras tiene un denominador común: outsourcing. El tabú desaparece y se convierte en trending topic, propulsado por una bajada de márgenes, un entorno de tipos incierto y un inversor más focalizado en el coste de las cosas que en el beneficio que pueden obtener. Los modelos de outsourcing y las plataformas institucionales son la solución para aliviar costes fijos imposibles y poder hacer frente a una regulación cada vez más exigente. Como dicen los cursis, “dentro del ecosistema de la gestión de activos”, las plataformas especializadas son el vínculo necesario entre gestoras y distribuidores, con una escalabilidad y especialización cada vez más relevantes. Este cambio ya es en sí mismo un cambio radical puesto que rompe con muchos pensamientos escritos en piedra dentro del sector financiero español, un sector en el que externalizar era mentar a la bicha y las plataformas una curiosa novedad. Esas barreras se han superado porque pasa a primar la necesidad, incrementando el valor de las plataformas B2B dentro de la cadena, alienado intereses y sin competir por el mismo cliente. Pero si hay algo que es común en toda la industria es la imparable bajada de márgenes y la concentración del éxito entre unos pocos fondos que se diferencian del resto; entre los participantes de la cadena cada vez hay menos para repartir, los productos son cada vez más baratos y ante eso no hay más respuesta que la consolidación, empezando por las gestoras y acabando en los distribuidores.
Trending outsourcing ecosystem
