Tras el sí al Brexit, este verano apostamos por una inversión conservadora

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Foto cedida

TRIBUNA de Raimundo Martín, director general de Mirabaud Asset Management para España, Portugal y Latinoamérica. Comentario patrocinado por Mirabaud Asset Management.

Muchos actores parecen no tener en cuenta el impacto negativo que supondrá la ejecución del Brexit y actúan con la idea de que, si ocurriese, los bancos centrales se encargarían de inyectar mayores estímulos y liquidez en el sistema, basándose más en los datos técnicos que en los fundamentales; una estrategia de inversión post Brexit, en nuestra opinión, muy desaconsejable.

Desde Mirabaud observamos tres principales escenarios alternativos. El más benigno, y asumido por la mayoría de inversores, es que el Reino Unido establezca una relación con la UE similar a la que disfruta Noruega, con algún tipo de acuerdo sobre la inmigración para dar la imagen de que todos ganan. El efecto económico en este caso es limitado para todas las partes.

La segunda hipótesis que barajamos es que se nombre un nuevo primer ministro en septiembre pero este no active el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, lo que conduciría a una más que probable caída de las inversiones y al declive de la confianza de los consumidores británicos, con la resultante bajada de la actividad económica y el descenso del PIB. En este escenario es muy probable que también sufra Europa en su conjunto y que se perjudique el futuro del proyecto europeo.

El tercer y peor escenario posible sería la activación inmediata del Artículo 50 y la ausencia de negociaciones sobre la libertad de movimiento de personas. En este caso, el Reino Unido saldría del Área Económica Europea y dependería de las reglas de la OMC, y podrían tardarse varios años en cerrar nuevos acuerdos comerciales. El sector financiero británico sería el más golpeado en este escenario, que también tendría repercusiones serias en el presente y el futuro de Europa.

Los mercados hasta ahora asumen que el Artículo 50 no se activará a corto plazo e incluso imaginan la posibilidad de un acuerdo que permita mantener algo similar al status quo. En nuestra opinión, se trata de una estrategia muy peligrosa debido a las grandes cuestiones que hay hoy por resolver: a la situación del sistema bancario italiano y el próximo referéndum constitucional también en Italia, se suman la elección de un nuevo gobierno en el Reino Unido y las elecciones norteamericanas. Todo ello aderezado con una potencial gran volatilidad en los mercados del petróleo y los metales, y los riesgos geopolíticos persistentes en Oriente Medio y América Latina.

Con el Brexit y todas estas cuestiones abiertas, creemos que es importante proteger nuestras inversiones durante el verano. En esta línea, preferimos los bonos de grado inversión y high yield norteamericanos frente a los europeos, en particular algunos valores concretos del sector energético. En cuanto al Reino Unido, el riesgo se centra principalmente en los high yield de corta duración, aunque vemos muy bajo riesgo de default mantenemos la cautela debido a la probabilidad de un mayor impacto económico negativo.

Tenemos previsto aumentar nuestra presencia en metales, pero seguiremos esperando un mejor momento, probablemente en la segunda mitad del año.

La duración del fondo Global Strategic Bond es, en estos momentos, de cuatro años, reflejo de nuestra perspectiva más positiva sobre el riesgo de los tipos de interés en los países avanzados. A lo largo de la vida del fondo, el rango ha sido de dos a cuatro años, por tanto, su posición actual refleja nuestra opinión de que no se ampliarán mucho los diferenciales de los bonos soberanos este año. Seguimos reduciendo nuestra exposición al sector financiero, que a pesar de estar bien capitalizado puede seguir sufriendo presiones en sus márgenes.

Definitivamente, en el actual contexto, el riesgo sigue siendo alto a nivel global, con demasiada incertidumbre de cara a los próximos meses. Nuestra apuesta: seguir centrados en la gestión del riesgo y mantener, de momento, una estrategia de inversión conservadora.