Tom Price: "Las compañías high yield en general siguen siendo financieramente sólidas"

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Joel Filipe (Unsplash)

El high yield ha vivido en lo que va de 2016 unos meses agitados, a cuenta de la oleada de defaults en el sector de energía (por el desplome del precio del petróleo) y las dudas sobre la liquidez del gestor. Ahora que los inversores están a punto de enfilar el último trimestre del año, el gestor de Wells Fargo AM Tom Price, al frente del Wells Fargo (Lux) WF US Short Term High Yield Bond (calificado como Consistentes) analiza las dinámicas de este tipo de deuda. “Las compañías high yield en general siguen siendo financieramente sólidas, excluyendo muchos de los nombres del sector de energía y metales, así como las emisiones más mediocres, con rating CCC”, explica el gestor a modo de introducción sobre la clase de activo.

El gestor recuerda que el rally que ha experimentado el mercado de deuda de alto rendimiento se inició el pasado 11 de febrero, coincidiendo con el histórico suelo marcado por los precios del petróleo. A pesar de las subidas acumuladas desde entonces, Price sigue viendo valor en el mercado: “Esperamos que continúe la demanda, dado que las rentabilidades disponibles en el mercado del high yield siguen siendo atractivas en relación con otras alternativas en renta fija”.

Además, el experto descarta que la política de normalización monetaria de la Reserva Federal – cada vez más en duda- penalice al high yield. La expectativa de Wells Fargo AM es que, como mucho, se produzca una subida de tipos este año, y “si acaso, esperaríamos que el mercado de high yield se comporte positivamente porque una subida de tipos probablemente ocurriera sólo si los datos económicos son positivos”.

Unos matices necesarios

Price introduce algunos matices para comprender mejor las dinámicas de la deuda de alto rendimiento. El primer matiz tiene que ver con la forma en la que el gestor pretende generar alfa para el fondo. Concretamente, Price no espera “un estrechamiento significativo de los diferenciales del high yield, aunque un estrechamiento mayor no es necesario para que los productos de high yield ofrezcan retornos competitivos en el entorno actual de tipos bajos”. En su opinión, la clave está en “evitar un riesgo de crédito significativo que exponga a los inversores a pérdidas significativas si el mercado se da la vuelta”.

El segundo matiz tiene que ver con la tasa de impago: después de un par de años en niveles históricamente bajos, la tasa ha subido para el conjunto del high yield, guiada principalmente por las dificultades que ha afrontado el sector energético. La expectativa del experto de Wells Fargo AM es que “continúe un incremento gradual”, incluyendo la tendencia de un mayor número de impagos en los sectores de energía y metales.

Dicho esto, Price señala que una de las peculiaridades del mercado actual es que los inversores deben rehuir las generalizaciones: “Es difícil debatir sobre el sentimiento general hacia el sector energético del high yield estadounidense, porque varía enormemente por sub sector y calidad, y es altamente dependiente del precio del petróleo”. El gestor destaca que “el subsector del midstream es mucho menos dependiente del precio del petróleo que el de la energía independiente o las compañías de servicios integrados. Los bonos midstream han sido mucho menos volátiles, y esperamos que sigan así”. El experto también hace una distinción por rating: “Esperamos ver menor volatilidad en los bonos energéticos BB que en los CCC, que probablemente necesiten precios más elevados para evitar la bancarrota”.

El tercer matiz se refiere a la actividad de refinanciación, que repuntó durante el segundo trimestre del año: “Para el conjunto del mercado, la actividad de refinanciación ha sido positiva porque demuestra una fuerte demanda por bonos de mayor duración y apoya a las compañías, porque son capaces de extender los vencimientos”. Para el fondo, el repunte es positivo porque “apoya al mercado y a nuestras exposiciones de corto plazo, pero da como resultado nuestra necesidad de encontrar nuevas inversiones para reemplazar aquellas que hayan sido refinanciadas”.

Detalles sobre el fondo

El Wells Fargo (Lux) Worldwide Fund – US Short-Term High Yield Bond Fund se centra en los bonos high yield con menor duración. A 30 de junio, la duración efectiva de la cartera era de 1,5 años. Tom Price indica que la duración media a lo largo de los 18 meses anteriores ha oscilado entre 1,5 y 1,8 años. “Dada la naturaleza de menor duración y más conservadora de nuestras posiciones, la liquidez del mercado secundario suele ser mejor que el de las posiciones tradicionales de high yield”, añade el gestor.

No obstante, el rasgo más distinto de este producto con sello Consistentes es que está diseñado para ofrecer unos retornos ajustados al riesgo que sean atractivos y una volatilidad baja en comparación con su clase de activo y con otros fondos competidores. El gestor aclara que sólo se invierte en bonos con rating BB y B, mientras que se evitan los bonos CCC: “No creemos que la volatilidad en ese segmento sea apropiada para los inversores que buscan un producto para un corto plazo y con baja volatilidad que proporcione algo de protección contra las caídas”. Debido también al mandato de baja volatilidad, el fondo sólo tiene actualmente un 4,4% de exposición a nombres ligados a la energía, sólo de segmentos selectos y con calificaciones BB o superior.

El proceso de selección de emisiones es eminentemente bottom up y sin restricciones por índice. “Nos centramos en generar retornos absolutos y minimizar la volatilidad y la pérdida del principal para nuestros clientes”, precisa el gestor. La clave para conseguir estos objetivos es la construcción de una cartera altamente diversificada. El experto indica que actualmente invierte en 116 emisores, equivaliendo la mayor exposición individual a tan sólo el 1,6% de la cartera. Por sectores, actualmente su mayor exposición es al segmento de medios de comunicación y entretenimiento (8%), cable y satélite (7,4%), tecnología (6,7%) y automoción (6,4%).