¡Todos los ojos puestos en USA!

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Cedida

Los retos políticos en EE.UU. y en Europa caracterizarán las inversiones en 2017 y tras un año generalizado de volatilidad, la incertidumbre seguirá siendo un tema clave a todo nivel.

Se calcula que la economía mundial crecerá un 3,5 % y que el dólar alcanzará la paridad con el euro.

La economía de Europa tiene meses turbulentos por delante: elecciones en varios países y la incertidumbre de las negociaciones Brexit, sin perder de vista el impacto que tendrá el desarrollo de EE.UU., el cual dependerá del nuevo gobierno. Para la eurozona, se espera un crecimiento económico del 1,1 % en el próximo año, un 0,5% menos que en 2016.

La agitación/convulsión y la innovación han sido las características del año que acabamos de dejar atrás. Ha sido evidente el fuerte ritmo del cambio producido incrementado a medida que los bancos y profesionales del sector financiero luchaban para añadir valor a sus productos y servicios y para conseguir la fidelización de clientes frente al aumento de la competencia y complejidad del sector y es probable que los cambios estructurales en curso continúen convirtiéndose en nuevos modelos operativos e inversiones en tecnologías emergentes para lograr mayor eficiencia y competitividad. Ello implica una fuerte inversión en la formación tanto de los profesionales del sector a nivel individual y corporativo como de los ciudadanos.

El creciente proteccionismo y el lento crecimiento del comercio global son los principales factores de estrés para el desarrollo económico mundial, ello combinado con el aumento de la inflación podría dar lugar a una tendencia de estanflación en algunas economías. Las medidas de estímulo económico previstas en EE.UU. deberían tener un impacto positivo en los mercados de capitales. Se esperan medidas similares en Japón y China. Sin embargo, parece poco probable que los países europeos convengan una ruta similar de acuerdo.

Se espera una alta volatilidad en los mercados bursátiles y que los precios de las materias primas permanezcan bajo presión. En épocas de mercados fluctuantes, los inversores deberían tener en cuenta las oportunidades a largo plazo. La inestabilidad en los mercados financieros fue muy importante en 2016. El segundo trimestre registró mínimos récord en los rendimientos de los bonos tras el resultado del referéndum británico. Aunque los mercados se han recuperado tras el impacto inicial que generó la decisión del Reino Unido de salir de la EU, los acontecimientos globales del mercado de renta fija durante el año pasado han marcado el tono para cambios significativos en 2017, que podrían resumirse en un mayor poder de compra de las carteras, una fuerte emisión de bonos y en el crecimiento tecnológico financiero.

Las crisis financieras y más cuando involucran al sector bancario, pueden ser muy gravosas tanto en términos de costes fiscales directos como de costes asociados a la economía real.

El problema básico es la distribución desigual de la riqueza generada en las últimas décadas.

Los reguladores se embarcaron en un ambicioso programa de reforma regulatoria internacional después de la crisis, concentrado principalmente en hacer el sistema bancario más seguro y más resistente. Estas reformas están contribuyendo a un cambio de actividad y a la aparición de nuevos actores en el espacio no bancario, lo que a su vez está llevando a una mayor competencia en áreas tradicionalmente dominadas por los bancos. Para garantizar la igualdad de condiciones y contener la aparición de nuevos riesgos se debería establecer un marco regulador global para los no bancos y las actividades basadas en el mercado, lo que conllevaría una reforma más fundamental del sistema monetario y financiero para reducir la probabilidad de crisis financieras y bancarias.

Las respuestas estratégicas de los bancos al cambio del entorno empresarial y operativo implican la adaptación de los modelos de negocio. La tendencia actual de los clientes hacia plataformas digitales para servicios bancarios tiene importantes implicaciones para los modelos de negocio de los bancos y sus estrategias de contención de costos. La formación adecuada de las partes implicadas es crucial tanto a nivel de competencia como de interacción como de entrega del producto y servicio.