Todo lo que necesita saber sobre las elecciones generales italianas

Roma, Italia, coliseo
Bence Boros on Unsplash

Han pasado cinco años desde la última vez que los italianos votaron a sus responsables políticos en unas elecciones generales. En este tiempo, Italia ha tenido tres primeros ministros: Enrico Letta, Matteo Renzi y Paolo Gentiloni. La inestabilidad ha sido un rasgo distintivo de los gobiernos italianos desde el final de la II Guerra Mundial; sin embargo, la percepción del riesgo político que representan las elecciones ha ido evolucionando, y en el tiempo presente los mercados esperan en medio de una calma relativa a los resultados de los comicios del próximo 4 de marzo.

Los últimos sondeos no apuntan a un claro ganador, pero sí a una alta tasa de indecisos, del 30%- 40%. Además, tras la aprobación el pasado mes de octubre de la nueva ley electoral, sólo podrán formar gobierno los partidos que acaparen más del 40% de los votos, algo difícil de conseguir en el contexto actual de fragmentación política. Esta situación contrasta enormemente con la vivida hace tan sólo un año, cuando las elecciones presidenciales en Francia tuvieron en vilo a los inversores ante la probabilidad de que Marine Le Pen y el Frente Nacional pudieran acceder al Elíseo. “Es muy probable que esta misma elección (por la italiana) fuera percibida hace dos o tres años como una gran fuente de incertidumbre en los mercados, pero eso está lejos de suceder hoy”, corrobora el equipo de especialistas de inversión de M&G Investments.

Los especialistas opinan que el impacto de las elecciones sobre los precios de los activos italianos ha sido mínimo debido a esta caída en la percepción del riesgo político, junto con el buen momento de crecimiento que está experimentando la eurozona. Destacan que, actualmente, “la deuda europea está mostrando el mejor patrón de crecimiento de la última década”, al crecer el PIB europeo un 2,5% el año pasado. Pese a que Italia está un poco rezagada de la media, indican que tampoco lo está haciendo mal, al haber crecido un 1,5% en 2017.

“Los riesgos reales en Italia se centran en su alto endeudamiento crónico en relación con su PIB, la lentitud de su economía y un sector bancario todavía arriesgado”, coincide James de Bunsen, gestor del equipo de Multiactivos en Janus Henderson. Su punto de vista es que, si las elecciones no reflejan un liderazgo político claro, entonces “será todavía menos probable que estos problemas sean firmemente solucionados”.  

Posibles escenarios

“Estas son unas elecciones italianas y el riesgo de sorpresa siempre está presente”, declara el gestor de Fidelity Claudio Ferrarese. Éste recuerda que, además de incrementar la probabilidad de formación de coaliciones, el nuevo sistema de elección por mayoría simple junto con un sistema proporcional tiene una segunda derivada: “Los diputados que son elegidos por el sistema de mayoría simple podrían ser más independientes de la dirección de los partidos, lo que aumenta las posibilidades de que se produzcan cambios en las adhesiones políticas después de las elecciones, más que con la legislación anterior”.

Por tanto, el gestor considera claro que lo más probable es que se forme un gobierno de coalición, siendo su primer hito la elección de los presidentes del Parlamento y el Senado: “En este escenario, es improbable que ningún partido esté dispuesto a dar un paso al frente y aceptar el mandato del presidente de la república para formar gobierno, ya que habría que hacer varias concesiones. A consecuencia de ello, una coalición de los grandes partidos —Partido Democrático (PD), Forza Italia (FI) y M5S— sería la alianza más obvia”. El experto matiza que, “estratégicamente, no sería un movimiento sensato para el M5S”, por su naturaleza antisistema, aunque piensa a un tiempo que esta hipotética alianza “podría marcar el inicio de una nueva fase para el movimiento, que daría un paso para convertirse en una fuerza política madura”.

Luca Beldi, gestor de TwentyFour AM (Vontobel AM), ve como escenario más probable que se constituya un gobierno de transición similar al actual, sin un liderazgo fuerte y continuista respecto a las políticas de los últimos dos años. No obstante, también ve posible que lleguen a un punto intermedio dos partidos que sean ideológicamente muy diferentes: “Teóricamente, el centroizquierda podría unir sus fuerzas con la derecha o, lo que sería más radical, el M5S podría encontrar respaldo de los partidos de extrema derecha”.

Según Beldi, otro posible escenario que los mercados no están teniendo tan en cuenta es una clara victoria del centroderecha: “El atractivo combinado del antiguo primer ministro Silvio Berlusconi junto con el partido de la Liga anti inmigración podría permitirles situarse por encima del mínimo necesario teniendo en cuenta el número de votantes aún indecisos, sobre todo en el sur”, afirma. Beldi constata que “la fuerte competencia que hay dentro de la coalición de derecha podría constituir la principal sorpresa de estas elecciones”, dado que ambas formaciones están muy igualadas en las encuestas. “Si el segundo partido logra alzarse como el partido mayoritario en la coalición, Italia podría convertirse en el país occidental de mayor tamaño en elegir a un primer ministro de extrema derecha”, sentencia el gestor.

“Si nos limitamos a las expectativas realistas, el mejor escenario presente sería una gran coalición de partidos de derecha e izquierda aliándose durante el tiempo suficiente como para mantener el momento con algunas de las iniciativas que sean reconocidas más universalmente como positivas, como la inversión pública en innovaciones industriales, incentivos a start-ups e I+D en general”, sostiene Mike Buhl-Nielsen, gestor de Jupiter.  El gestor añade que “aunque no está claro que el Partido Demócrata sea el más favorable al mercado, la confirmación de Paolo Gentiloni como Primer Ministro probablemente fuera bien recibida, pues se puede decir que representa un compromiso aceptable con el mayor número de partidos políticos, salvaguardando la estabilidad de la coalición resultante”.

“Una victoria de Luigi di Maio, el candidato designado por el M5S, sería sin lugar a dudas el peor escenario para las bolsas, los bonos italianos y la moneda única (dada su posición ambigua ante la UE), pero parece altamente improbable, toda vez que ni su partido, ni el resto de partidos, desean formar una coalición juntos”, declara Fabrizio Quiriguetti, director de inversiones y co responsable de multiactivos de SYZ AM. “No solo le faltaría entre un 7% y un 10% de los sufragios nacionales, sino que, además, la centroderecha debería hacerse con la mayoría de circunscripciones”, añade.

En cuanto a la probabilidad de un gobierno de centroderecha, Quiriguetti comenta que, en el supuesto de que esta coalición necesitara menos de 20 escaños para alcanzar ese 40% establecido por la reforma electoral, “podría suceder que se adhirieran algunos parlamentarios centristas del ala izquierda o desertores de otros partidos minoritarios”. El experto estima que este resultado se traduciría en “subidas de la bolsa italiana o, en todo caso, con un mejor comportamiento relativo frente a otros mercados europeos, un descenso del diferencial entre la deuda italiana y la alemana y una ligera revalorización del euro a corto plazo, ya que la inestabilidad reinaría con una mayoría tan exigua”.