Threadneedle amplía su gama con tres fondos de retorno absoluto y dos de tecnología

La semana pasada lanzó el fondo Threadneedle American Absolute Alpha Fund, como adaptación en formato UCITS III de su hedge American Crescendo y a corto plazo pretende lanzar dos nuevos productos: Threadneedle Enhanced Commodities, que será la versión regulada del ya existente Commodities Crescendo, y el Threadneedle Absolute Emerging Market Macro, también una versión del Emerging Currencies Crescendo. “La razón del lanzamiento de estos fondos, que invierten en EEUU, materias primas y divisas de mercados emergentes, reside en que creemos que puede haber demanda de unas estrategias que han funcionado muy bien y en las que ya tenemos experiencia, pero que hasta hora, en formato hedge no regulado, contaban con liquidez mensual. Ahora tendrán liquidez diaria”, afirma Rubén García Páez, responsable de Threadneedle en España.

A esta nueva oferta de fondos de retorno absoluto pero con protección de capital se suman también dos nuevos productos que Threadneedle incorpora como resultado de la compra de la gestora neoyorquina J&W Seligman, firma especializada en tecnología. Uno de los fondos, Global Technology, invierte en valores tecnológicos globales y el otro, US Communications and Information, en compañías estadounidenses. Ambos fondos, domiciliados en Luxemburgo, se gestionan de forma activa con estrategia GARP (compañías de crecimiento a precio razonable).

Gravitación hacia Japón

Desde Threadneedle, creen que uno de los activos estrella ese año será el crédito emergente, en un mundo que “gravita hacia los problemas del mercado japonés y que se hace japonés en términos de unos bajos tipos de interés que se mantendrán durante bastante tiempo en un contexto de crecimiento raquítico que hace descartar una vuelta a la normalidad”, según Stuart Frost, gestor del equipo de retorno absoluto. Un contexto en el que, con todo, el precio de los bonos tendrá mayor estabilidad que otros activos y en el que pueden aprovecharse las oportunidades.

De hecho, en el mercado corporativo, el pánico será más limitado, pues en el terreno de deuda soberana habrá que plantearse no sólo el estado de salud de los países de Europa del sur, sino también de Alemania. “Si ayuda a las demás economías y al mantenimiento del euro, tendrá también problemas y eso hay que tenerlo en cuenta”, afirma. Frost cree, frente a Alemania, que Reino Unido cuenta con la ventaja de actuar de forma individual, “algo que el mercado agradece, pese a su situación desastrosa”. De hecho, cree que el euro está sobrevalorado frente a la libra esterlina. También considera que se puede sacar partido de la estabilidad del mercado bursátil chino y la recuperación de las firmas tecnológicas estadounidenses, “un sector a vigilar de cerca”.

Ambiente propicio para el crédito

También el segmento de deuda high yield europea presenta una perspectiva “constructiva”, ante emisiones de corta duración y altos ingresos. “El mercado se ha normalizado tras la dislocación de los últimos años, pues la demanda ha despegado, la ratio de defaults ha bajado y la calidad de la deuda ha mejorado, con lo que el mercado se ha abierto de nuevo a estas emisiones” asegura Roman Gaiser, gestor del fondo Credit Opportunities, que sobrepondera las emisiones BB y B.

“2010 será un año de selección, no de sectores, en un contexto en que los bajos tipos de interés y las dificultades de financiación de los bancos generan un ambiente propicio para el crédito en conjunto”, afirma. Uno de los catalizadores es el cambio de un contexto de apalancamiento agresivo a otro más moderado.