Súper Mario salvará al euro justo antes del "game over"

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AlphaTangoBravo/Adam Baker, Flickr, Creative Commons

A Mario Draghi, no le llaman Súper Mario porque sí. El presidente del BCE se ha ganado este apelativo porque, al igual que un superhéroe en un juego de ordenador, afronta tareas casi imposibles, asegura Helge J. Pedersen. El economista jefe global de Nordea confía en que logrará la victoria justo antes de llegar al “game over”, aunque cree que necesitará una pequeña ayuda del sector político de la zona euro. Sólo con esa aportación logrará salvar al euro y evitar al tiempo la alta inflación con su plan de compra de bonos gubernamentales a gran escala.

Pese a lo mucho que disgustó en un primer momento el discurso de Draghi tras la última reunión del BCE, Pedersen cree que dio varias pistas esperanzadoras sobre sus planes futuros. En primer lugar, dejó entrever que acometerá “en un futuro cercano” otra bajada de tipos si persiste la actual desaceleración de la zona euro. En segundo lugar, explicó cómo pretende con la compra de bonos soberanos reducir la rentabilidad de la deuda de los países con problemas (aunque sólo después de que pidan un rescate), un plan que podría ser aceptado por Alemania.

Para el economista jefe de Nordea, no está claro si se reactivará el programa de compra de bonos del BCE, pero sí tiene claro que en caso de que se haga será con cambios importantes respecto a como ha funcionado hasta ahora. Para empezar, se hará con luz y taquígrafos, y además no arrebatará a los inversores privados su derecho de cobro preferente en caso de reestructuración de la deuda o bancarrota del país. “Este cambio podría ser vital para el apetito de los inversores por bonos soberanos de los países en problemas”, dice el experto.

Por último, Draghi dejó claro que no habrá licencia bancaria para el fondo de rescate europeo (que incrementaría considerablemente su actual capacidad de 500.000 millones de euros) debido a que las autoridades alemanas no lo permitirán y a que el BCE no puede aceptar como contraparte al fondo tal y como está diseñado en este momento y, por tanto, no puede prestarle dinero.