Standard & Poor's lanza dos índices de acciones de alta y baja calidad, que tendrán ETF

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Joel Filipe (Unsplash)

El proveedor global de índices Standard & Poors acaba de anunciar el lanzamiento de los índices S500 Quality Ranking, formado por dos productos, el S 500 High Quality Rankings Index y el S 500 Low Quality Rankings Index. Dos índices que permiten a los inversores posicionarse teniendo en cuenta la calidad de las compañías, entendida ésta en función del crecimiento histórico de las mismas y la estabilidad en la generación de beneficios y en el reparto de dividendos. La firma también ha anunciado que ha autorizado a PowerShares para la creación y comercialización de un ETF basado en el S500 High Quiality Ranking Index.

La calidad de los valores en los índices se determina usando la metodología de S Quality Rankings, un sistema desarrollado por los servicios de análisis de renta variable de Standard & Poors, que mide el crecimiento a medio y largo plazo y la estabilidad de los ingresos de una compañía y sus dividendos en los últimos 10 años.

S Quality Rankings pretende capturar la definición de “poder de ganancias sostenibles” de Graham y Dodd, examinando el registro de beneficios de una compañía a través de un ciclo económico completo. Así, las empresas son registradas con un símbolo que va desde A+, la más alta calificación, hasta D, la más baja.

Así, el S 500 High Quality Rankings Index proporciona exposición a los constituyentes del S&P 500 que son identificados como valores de alta calidad, aquéllos con ránkings de calidad igual o superior a A-. Por el contrario, el índice S 500 Low Quality Rankings se compone de los constituyentes del S&P 500 con peor calidad según el ránkig, es decir, aquellos con símbolos desde el B hasta el C, excluyendo compañías en reorganización (D) o liquidación (LIQ).

Los índices serán rebalanceados al final de cada trimestre. El peso de cada valor dependerá del ránking de calidad, que asigna a cada uno un peso de forma proporcional a su puntuación en la lista, basada en los beneficios por acción y los dividendos y ajustada por una serie de modificadores predeterminados sobre crecimiento, estabilidad a largo plazo y carácter cíclico. Así, se combinan después las puntuaciones por beneficios y dividendos con la rentabilidad y se construye un ranking final con puntuaciones que van de 1 a 3.

“El mercado está equilibrando dos visiones muy diferentes actualmente, una de un mundo lleno de oportunidades y otra de un mundo lleno de incertidumbres. Como resultado, estamos experimentando una creciente demanda por índices que son capaces de diferenciar compañías de calidad, en función de su crecimiento y estabilidad de ganancias y dividendos”, afirma Steve Goldin, vicepresidente de estrategia de índices en Standard & Poors, que a través de su marco de calidad lleva construyendo ránkings sobre acciones de EEUU desde 1965.