¿Son los bonos flotantes una respuesta a la subida de tipos en los mercados de obligaciones?

Senegas
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TRIBUNA de Sébastien Senegas, director general de Edmond de Rothschild AM para España e Italia. Comentario patrocinado por Edmond de Rothschild AM.

El movimiento de normalización de las políticas de los bancos centrales seguirá en el centro de las preocupaciones de los inversores en los próximos años.  El ritmo de retorno a la normalidad parece ahora contenido, pero el número de bancos centrales que adoptan políticas más restrictivas  está aumentando. La Reserva Federal de Estados Unidos fue pionera en la puesta en práctica de estas nuevas medidas, seguida luego por Canadá y por Reino Unido. Por su parte, el cambio de tono del BCE sigue también esta tendencia incluso aunque todavía su política monetaria sigue siendo expansiva. Solo el Banco de Japón mantiene su política sin cambios.

Dentro de este contexto, creemos que los tipos de interés a largo plazo constituyen la principal fuente de inestabilidad para el mercado de renta fija en 2018. En efecto, aunque la Fed ha empleado un lenguaje muy moderado y ha insistido en que la subida de tipos será muy gradual, lo cierto es que para 2018 se esperan tres movimientos al alza. El mercado de obligaciones presenta un perfil de riesgo asimétrico: los rendimientos siguen siendo débiles al mismo tiempo que el riesgo que entraña la subida de tipos es bien real. Con todo, no podemos olvidar que siguen existiendo oportunidades. Estos cambios en la política monetaria son la consecuencia de una mejor salud de las economías desarrolladas lo que beneficia a los mercados financieros. Por ello creemos que mantenerse al margen del mercado de crédito nos privaría de una parte de la recuperación económica en un momento en el que hay soluciones para ganar exposición al mercado de crédito sin sufrir la totalidad de las fluctuaciones de los tipos de interés.

En este contexto, por tanto, los inversores han de protegerse del riesgo de tipos de interés con el objetivo de poder seguir beneficiándose del cupón. De hecho, el bajo nivel de tipos combinado con la necesidad de decantarse por vencimientos más elevados para obtener un rendimiento interesante (a cambio de un riesgo mayor) hace que una subida, aunque sea limitada, de los tipos de interés pueda menoscabar los ingresos acumulados. Recordemos que la rentabilidad de un bono clásico procede de la suma de tres factores: el rendimiento de los tipos de interés, el de los diferenciales de crédito y el de los cupones.  En nuestra opinión, en este momento la contribución de los tipos de interés debería ser nula o negativa. A esto hay que añadir que al nivel actual de tipos su contribución a la rentabilidad de una cartera de renta fija es limitada.  En este sentido, creemos que una de las respuestas pasa por la diversificación incluyendo instrumentos a tipo flotante.  Están poco correlacionados con los activos de renta fija tradicionales y ofrecen una forma genuina de diversificar una cartera de renta fija.   Además, dichos instrumentos, gracias a su carácter variable o flotante, deberían comportarse mejor que las obligaciones a tipo fijo en un contexto de crecimiento económico sin temores deflacionistas.  Este entorno favorable para las empresas permite  mejorar la calidad del crédito al mismo tiempo que las tasas de impago se mantienen en niveles relativamente bajos. Sin embargo, si bien es cierto que se minimiza el riesgo de tipos de interés, los riesgos de crédito y liquidez siguen presentes por lo que será necesario poner en práctica una gestión activa y disciplinada que posibilite beneficiarse de las oportunidades que ofrece este mercado.

Para permitir a nuestros clientes beneficiarse de este entorno manteniendo siempre una gestión activa del riesgo, hemos lanzado un fondo de crédito que busca minimizar la exposición a los tipos de interés: EdR Fund Floating Rate Credit, cuya cartera está construida con instrumentos clasificados en dos categorías: instrumentos flotantes  e instrumentos a tipo fijo que hacemos variable/flotante agracias a un swap de tipos. Esta diversificación hace posible que podamos acceder a un universo más amplio,  evitando con ello los eventos de crédito difícilmente previsibles.  Asimismo, la diversificación se produce también a nivel del emisor.  De hecho, en esta estrategia, para cada emisor  identificado por nuestros equipos de análisis de crédito, elegimos el instrumento que ofrecerá, en nuestra opinión, la mejor prima de riesgo y la menor exposición posible a los tipos de interés. Gracias a esta combinación de nuestras diferentes capacidades,  hemos fijado un objetivo de rentabilidad neta anualizada para un horizonte de 18 meses de EURIBOR 3 meses + 250 pbs. En definitiva se trata de un fondo que ofrece una respuesta a la subida de tipos de interés beneficiándose al mismo tiempo de la mejora de los fundamentales de crédito de las compañías.