“Somos positivos con los metales industriales a corto plazo y con los preciosos a largo”

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Joel Filipe (Unsplash)

El mayor crecimiento económico mundial que empieza a fraguarse, asentado en un incipiente ciclo de recuperación desde la crisis, favorece la demanda de materias primas, especialmente intensa en el mundo emergente, mientras la expansión de la oferta afronta dificultades. Este factor, junto a un escenario marcado por la memoria histórica de una crisis crediticia y las incertidumbres que se desprenden de problemas como la situación de deuda de algunos países europeos beneficia a los “activos reales”, más del gusto de los inversores. Por eso las materias primas viven un momento dulce. Para Nicolas Fragneau, gestor senior de renta variable de firmas relacionadas con las materias primas de Amundi, es mejor aprovechar esas oportunidades a través de acciones de compañías relacionadas con el proceso de extracción, producción o explotación de las mismas, que hacerlo de forma directa, vía futuros o ETF. A corto plazo, apuesta por las compañías de metales industriales pero a largo sigue positivo con los metales preciosos.

Fragneau, gestor del fondo Amundi Global Resources y miembro del equipo liderado por Anne Ruffin, utiliza tres argumentos que explican un mayor control del riesgo y la volatilidad: en primer lugar, la existencia de mayores catalizadores de rentabilidad, junto a la posibilidad de beneficiarse de procesos de fusiones y adquisiciones, y por último, las mayores oportunidades que ofrecen las acciones en términos de exposición a todo el universo de recursos. Así, frente al precio como único factor de retorno en las materias primas, las compañías cuentan con la posibilidad de aumentar sus márgenes, como hicieron desde 2008 mediante drásticos recortes de costes. El aumento de la demanda permitirá ahora devolver la rentabilidad a las compañías con mayores costes de producción, según Fragneau. Además existe otro catalizador, el crecimiento de los volúmenes de producción, que permite incrementar los beneficios. “Las acciones cuentan con una fuente de retorno diversificada y eso limita los riesgos”, comenta el gestor.

En segundo lugar, las operaciones de fusiones y adquisiciones en el sector, que ocurren a todos los niveles, tanto en grandes firmas como en medianas, garantizan mayores rentabilidades. “Para muchas empresas resulta más barato comprar competidores que ya hayan hecho labores de investigación o explotación de yacimientos que hacerlo por su cuenta, incluso si tienen que pagar una alta prima por la compañía, pues ahorran tiempo”, comenta el gestor. Además, menciona el caso de firmas que han hecho exploración pero no tienen recursos para construir una mina y se ofrecen a firmas con capital suficiente para llevar a cabo esa tarea. “Nos gustan en general los grandes jugadores, pero tenemos también medianos y pequeños para diversificar la cartera. Muchos sólo cuentan con un proyecto y por eso es clave conocer bien a los equipos de gestión y a la gente de la industria, como hace Ruffin, lo que nos da ventaja competitiva”, dice Fragneau.

En cuanto a la tercera ventaja, asegura que se puede acceder a cualquier mercado, algo que los ETF aún no permiten, como es el caso del carbón, actualmente muy demandado por China.

Además de la diversificación que supone la apuesta por la renta variable, su asignación de activos también lo es. Así, la cartera del fondo está dividida en tres sectores (metales industriales, preciosos y energía), de los que ahora, y a más corto plazo, son más alcistas en metales industriales. “El poder está en manos de las compañías oferentes”, confiesa, capaces de dictar las condiciones y negociar los precios de los contratos, razón por la que este apartado supone el 38% del fondo, más de un tercio del total. “Resultan más interesantes a corto plazo porque están más ligados al crecimiento económico y al aumento de la demanda en un entorno donde no hay mucha más oferta”, añade el gestor.

Con todo, hace hincapié en la necesidad de ser selectivos, pues aunque la creciente demanda emergente ante los procesos de urbanización es imparable –incluso con los problemas a corto plazo como la restrictiva política monetaria en China-, el encarecimiento de una materia prima puede hacer que busquen alternativas y hundir su precio. Ahora son positivos con el cobre, aunque cada vez con más cautela porque los precios están subiendo mucho.

No esperar demasiado para invertir en oro

Precisamente, una de las razones por las que le gusta el oro es ésa, porque no tiene alternativas ni límites, porque “no importa la economía ni la demanda industrial”, explica. Por eso, aunque a corto plazo prefiere los metales industriales, a largo plazo la gestora continúa siendo muy positiva con la historia de los metales preciosos y el oro en especial. “Aún tiene mucho recorrido, pues actúa como protector contra la inflación, protege contra la debilidad del dólar y sobre todo ayuda a disminuir el riesgo de las carteras”, explica. Además, preguntado sobre la posibilidad de ventas masivas en un entorno más tolerante al riesgo, responde que éstas se están produciendo de forma muy lenta y que no llegarán hasta el final pues los inversores necesitarán aún ver buenos indicadores económicos para moverse. “Cuanto más tarden los Gobiernos en solucionar la crisis, más fundamentales tendrá el oro para subir”, dice Fragneau. Por eso, el experto cree que no habría que esperar mucho para entrar en el mercado, pues nunca se producen fuertes correcciones y la actual no durará mucho más. “Es la única divisa sin obligaciones detrás, independiente de cualquier país y sin riesgo relacionado con la deuda... en definitiva, la mejor divisa, pura y que no puede ser manipulada”, apostilla.

Con todo, reconoce la posibilidad de sobrevaloración y por eso en Amundi son cautelosos a este respecto y vigilan de cerca la evolución de los ciclos económicos. En el caso del oro, apoyado por la demanda de los bancos centrales emergentes, que prefieren el metal precioso a los dólares aunque lo compren con discreción, y también por parte de las joyerías. Su apartado de metales preciosos supone ahora el 26% del fondo.

Con respecto a la tercera pata del fondo, la energía, que supone el 36% de la cartera, son positivos en las firmas exploradoras petroleras, ante el cambio de lugar de las reservas, aunque no cree que el precio del oro negro suba mucho en un corto espacio de tiempo.

El proceso de selección se basa en una mezcla de análisis top-down, donde los expertos analizan el mejor grupo de entre los tres indicados y dentro de éstos, el mejor metal, seguido de un análisis bottom-up, donde seleccionan las compañías en función de su posición en el mercado, sus infraestructuras… Y todo, con un equipo resultado de la integración de CAAM y SGAM, compuesto en total por cinco personas.