“Sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena”

“Sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena”

 

Buenos días,

 

Hoy es Santa Bárbara, patrona de los artilleros, y de la que nos acordamos cuando una circunstancia que se pasa por alto se convierte en algo grave.

 

Una de las circunstancias que trataremos en el siguiente comentario y que se pasa por alto es la presencia, no sé si cada vez mayor, pero sí abundante de asesores financieros no supervisados, no regulados ni cualificados.

 

La crisis (o Tricrisis como apuntaba en uno de mis últimos blogs) ha destapado las debilidades que existen en el ámbito de la inversión y especialmente en el ámbito del asesoramiento en nuestro país, poniendo en tela de juicio no sólo la labor de algunas entidades financieras a la hora de vender los productos, sino también la falta de seguridad jurídica de las inversiones con la proliferación de los llamados comúnmente “chiringuitos financieros”.

Así en España hemos tenido casos de inseguridad de los ahorros de los particulares  como caso Afinsa, el caso Forun o caso Gescartera, sin olvidar otros menos mediáticos pero que han ocurrido.

 

Consecuencia de ello, y queriendo armonizar los servicios y desarrollo de los mercados financieros a lo que ocurre en los países de nuestro entorno, se instauró en el 2009 la figura jurídica del asesoramiento personal con las Empresas de Asesoramiento Financiero Independiente (EAFI). Así en ese año entró en vigor la ley que reconoce al asesoramiento financiero como un servicio de inversión de primer nivel y no como un servicio auxiliar.

 

Según la CNMV la EAFI lleva a cabo recomendaciones relacionadas con la inversión de instrumentos financieros y lo hace mediante un asesoramiento personal. Este servicio será realizado por petición del cliente o por iniciativa de la empresa.

El ahorrador o inversor disfrutará de una total independencia en las recomendaciones. Éstas se realizarán velando exclusivamente por sus intereses.

La EAFI, por su parte, asesorará libremente aportando seguridad, profesionalidad y transparencia. Para constituirse en EAFI hay que demostrar total independencia, libertad y transparencia en la gestión.

Las empresas de asesoramiento financiero basan su éxito en la independencia. Al no tener productos propios, evitan cualquier conflicto de intereses en el asesoramiento. Emiten recomendaciones personalizadas de inversión en instrumentos financieros.

 

Las EAFI son figuras populares en otros países. En España han experimentado un importante crecimiento en los últimos años y ya hay más de 120. Este proceso, por tanto, no es sólo español, sino europeo y mundial. En España se da la particularidad de que el asesoramiento financiero se desarrolla dentro de las entidades de crédito –más del 90%-. Una cifra bastante elevada si se compara con otros países como Reino Unido, donde la importancia del asesor supera el 70% o en Suiza, donde también rebasa el 50%.

 

Así, pese al desarrollo en estos últimos años en España esta figura es poco conocida por el público en general y hay muchos ahorradores que dejan sus ahorros en manos de “figuras” que se ocultan bajo el nombre de asesores personales, brokers independientes, traders independientes o ya en el descaro, asesores financieros independientes, que no son ni asesores, ni financieros, ni independientes.

Existe un grado de intrusismo alarmante, pese a todos los casos de estafas que se han ido destapando en los años de bonanza parece que no se escarmienta. Es labor de todos, desde la propia CNMV a los clientes pasando por las EAFIs, el alertar de la existencia de actores no regulados y así sólo tenernos que acordar de Santa Bárbara el 4 de diciembre, su día.