Skandia: Alemania no sufre el dolor de la Eurozona

Kamil Molendys, Unsplash

La economía alemana continúa creciendo con fuerza gracias a la resistencia de sus exportaciones a países emergentes como China, así como al incremento estable en el consumo interno. Desde el punto de vista alemán, su economía está cosechando los frutos de una década de prudencia, mientras los periféricos están pagando por una década de excesos. Alemania argumenta (y con cierta justificación), que no es culpa suya el que otros hayan desperdiciado los últimos diez años, y que para cerrar la brecha es necesario que españoles e italianos se germanicen, y no al contrario.

En todo caso, aunque un menor gasto público, una mayor flexibilidad laboral y un mejor gobierno corporativo son deseables por derecho propio, tratar de resolver diez o más años de mala gestión en un corto periodo de tiempo siempre será un problema. El conflicto entre la realidad económica y la política lleva aumentando algún tiempo.

La continuada fortaleza de la economía alemana eventualmente ayudará a reequilibrar la economía de la Eurozona en su conjunto, para bien de todos. Sin embargo, es probable que lleve años y no meses. Cada vez parece más claro que los mercados financieros y los políticos no están manejando el mismo calendario. Alemania tiene que ofrecer más tiempo a las economías periféricas para resolver sus problemas si no quiere arriesgar un caos político y financiero a la puerta de casa.