¿Siguen existiendo oportunidades en los convertibles?

Kamil Molendys, Unsplash

Mirando atrás, el año 2008 no ha sido el mejor para los convertibles, fundamentalmente debido al fuerte desapalancamiento que sufrió la industria de los hedge funds a finales de año. Con ese panorama, el año 2009 se esperaba como de recuperación y esperanza de vuelta al equilibrio. Hasta la fecha, éste ha sido el comportamiento de estos activos el primer trimestre del año y de momento se espera que se sigan comportando bien durante los próximos meses.

Es evidente que cualquier persona dedicada a la gestión de bonos convertibles debería ser positiva en en este tipo de activos, pero si además una compañía como Acropole sólo dedicada a este activo, lo está recomendando encarecidamente desde noviembre del año 2008, por lo menos podría ser algo a considerar por parte de inversores activos y con ideas para encontrar fuentes futuras de rentabilidad.

El rendimiento en prácticamente todos los productos de este tipo es positivo - todas las estrategias de los fondos basadas en "comprar y mantener" , los fondos de convertibles tradicionales o los basados en arbitraje de convertibles están disfrutando de rendimientos positivos. Muchos fondos desde el 1 de noviembre del 2008 tienen rendimientos de dos dígitos y no han tenido un mes negativo desde noviembre de 2008.

Las valoraciones son todavía muy atractivas: la volatilidad se ha estabilizado, el mercado de acciones ha permitido a la convexidad desempeñar un papel activo en la rentabilidad y el nivel de crédito de los convertibles siguen ofreciendo interesantes oportunidades de arbitraje cuando se compara con inversión directa en bonos o en "credit default swaps".

Ha sido un gran mercado de inversores a medio plazo desde el final de 2008. Los convertibles más líquidos los han comprado los grandes fondos tradicionales que tenían importantes posiciones de liquidez y mucha oferta de este tipo de emisiones ha salido del mercado para construir los nuevos productos a tres años "comprar y mantener" que ahora tantas entidades se están apresurando a lanzar con rentabilidades estimadas del 8%-12% a vencimiento a 3 años. Este fenómeno provocó adicionalmente una subida en precios de los activos existentes y un mercado a principios del 2009, aún cauto esperando acontecimientos.

A principios de marzo todo esto cambió. Después de las tímidas nuevas emisión en el mercado por compañías como Newmont Mining en los EE.UU. en enero, hemos visto cómose han emitido más de 4.000 millones de dólares en convertibles desde el 1 de marzo (por ejemplo, de Arcelor, Cap Gemini, Anglo American, Micron, etc.)

En el actual entorno de tipos de interés bajos y los altos cupones que ofrecen estas nuevas emisiones junto a sus atractivos precios en emisores de alta calidad crediticia, ha llevado a una sobre subscripción de la mayoría de nuevas emisiones y a una gran demanda en mercados secundarios, como por ejemploha sido el caso de Arcelor, lo que lo ha convertido en una inversión "que hay que tener" en carteras tanto de fondos tradicionales como de muchos hedge funds.

Esta situación se ha repetido con bastantes emisores y siguen encontrándose buenas oportunidades en los mercados donde existe papel con rendimiento positivos de los bonos y con sus acciones subyacentes cotizando a precios que permiten beneficiarse de importantes primas sobre la cotización actual , situaciones poco vistas anteriormente.

Por último, pero no menos importante, lo cierto es que, con el bajo nivel de los tipos de interés a corto plazo para las inversiones y la incertidumbre en el mercado de acciones, los convertibles se presentan como una buena alternativa para conseguir un alto nivel de rendimiento (entre 8% y el 12 para un vencimiento de 3 años además de la indexación a la subida del mercado de acciones).

Parece que todo apunta a que se gana en todos los casos, y teniendo en cuenta además que la base de inversores actuales son inversores tradicionales y no fondos especulativos, aún puede ser un buen momento para posicionarse en este tipo de activos dentro de una cartera diversificada de inversiones que al final es de lo que se trata.

Después del «annus horribilis» quizá hemos entrado en una dulce calma dónde hay que aprovechar las oportunidades mientras que duren y los inversores quieran que duren.