“Si se debilita la probabilidad de reelección de Dilma Rousseff, el mercado brasileño seguirá al alza”

Brasil está en el centro de todo foco, y no sólo por el Mundial de fútbol, que también, sino además por su situación macroeconómica y su mercado de capitales. El país ya no es uno de los emergentes que atraían a todos los inversionistas, pero sigue siendo la economía más grande de Latinoamérica y la que más variedad de posibles inversiones ofrece. Simón Rosinsky, gerente de renta variable institucional de EuroAmerica AGF, analiza las perspectivas que tiene el equipo de la administradora para Brasil y las oportunidades de inversión en el mercado brasileño.

El escenario no es el mejor posible. La economía “continúa débil para este y el próximo año”, explica, con crecimientos estimados del 1,2% y del 1,7%. No obstante, añade que el mercado dejo entrever una reacción: “En términos de retornos hemos vistos subidas del 12,26% YTD y de más del 28% desde los mínimos de marzo. Este desempeño se explica principalmente por un ajuste en expectativas sobre mercados emergentes y, en particular, sobre el entorno para las elecciones de octubre en Brasil”. Así, estos factores seguirán siendo lo que marquen la evolución del mercado en los próximos meses, opina. “En la medida que se debilite la probabilidad de reelección de Dilma Rousseff, el mercado seguirá al alza”. Por lo pronto, la ratio Precio/Utilidad “aún está por debajo de sus promedios históricos en 9,6x, lo que da espacio para avances”.

La clave, prosigue Rosinsky, son las elecciones de octubre. “Un cambio en la conducción política y económica es vista como muy favorable por los inversionistas, dado el alto nivel de intervencionismo del gobierno durante los últimos años”. De cualquier modo, parece que se ha hecho “más notoria la necesidad de cambios en Brasil para reactivar la economía”.

El complejo escenario macroeconómico no impide que haya oportunidades de inversión, que el gerente de EuroAmerica se detiene a analizar, especialmente en dos líneas: sector bancario y vivienda. En el primer caso, “la competencia de los bancos estatales ha disminuido y las carteras de los bancos se ven sanas. En términos de valorizaciones, el descuento de los principales bancos de Brasil respecto al resto de la región se ha ampliado”. Por su parte, el sector de la vivienda ha sufrido mucho durante los últimos años en términos de márgenes y generación de caja, recuerda, “pero observamos que la situación está más estabilizada y los planes de gobierno para el sector parecen estar bastante asegurados, independiente del escenario político”. Por último, Rosinsky también se acuerda de las small caps, que se han quedado rezagadas frente al mercado en general en los últimos tiempos, pero que si el cambio hacia mercados emergentes se consolida, “podría volver el interés global sobre nombres más ilíquidos, dando importantes ganancias de capital”.

El Mundial y su impacto

Cuando se designó la sede mundialista, expresa el gerente de la administradora chilena, “el impacto sobre las expectativas fue significativo y no coincide a lo que finalmente ocurrió. La actividad asociada a construcción e infraestructura ya se vio, por lo que el impacto es muy marginal. De hecho, si uno hace el análisis a nivel de industrias, hay varias que terminaran viéndose afectadas negativamente”.

Además, hay que mirar mucho más allá que en lo que ocurre en la Bolsa para analizar el impacto de un evento como el Mundial en el país organizador, arguye Simón Rosinsky. “La medición de costos y beneficios debería ser más amplia que sólo mirar el mercado bursátil. Por una parte, hay inversiones importantes en infraestructura, tanto deportiva como de movilidad, que en muchos casos es necesaria para cubrir déficits, pero en otros casos, queda sin utilizarse”. En el caso de los costos, “hemos vistos varios eventos donde su subestimación hace que termine no siendo rentable un acontecimiento de estas características. Esto no quiere decir que instancias de este tipo sean per sé negativas, sino que se debe hacer un análisis serio respecto a las inversiones adicionales y no sobreestimar los beneficios antes de lanzarse en un campaña para un mundial u olimpiada”. En lo que a los brasileños se refiera, piensa el gerente de renta variable institucional, “nunca pensaron que el ser sede de un mundial podría terminar teniendo costos políticos tan elevados como lo estamos viendo actualmente”.