Si la macroeconomía juega a favor de los desarrollados, ¿por qué los mercados no dejan de corregirse?

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David Paul Ohmer, Flickr, Creative Commons

La macroeconomía empuja en este 2016 a favor de las economías desarrolladas. Los datos de desempleo en Europa son buenos y, en Estados Unidos, aún mejores, con cifras de paro del 10,5% y del 5%, respectivamente. Además, la estabilización de los precios de las materias primas en niveles “relativamente reducidos” seguirá favoreciendo a las economías importadoras de las mismas (mayoritariamente, países desarrollados) y perjudicando a las productoras (sobre todo, economías emergentes). Mientras, prevé Álvaro Sanmartín, economista jefe y asesor del fondo Alinea Global en MCH Investment Strategies, las políticas monetarias seguirán siendo “acomodaticias” en la mayor parte del mundo, también en EE.UU., donde “la subida de tipos de interés será gradual y los tipos reales se mantendrán bajos”. Y, sin embargo, los mercados no dejan de corregir en las últimas semanas. ¿Por qué ocurre este efecto bursátil?

Para los expertos de N+1 SYZ, la respuesta es doble: “por la falta de fe en el potencial de crecimiento de la economía americana y en el de los beneficios empresariales del mundo desarrollado”, argumentan. Por ejemplo, el “típico” ritmo de crecimiento de la economía estadounidense tras una crisis era del 4%, y ahora es del 3% o menos. “Si algo hemos comprobado los últimos años es que EE.UU. y Europa no son capaces de crecer a ritmos post crisis como los de hace unos años”, advierten. Y no lo son debido al envejecimiento de la población, la deuda, la desinflación y la menor productividad. “Si el potencial de crecimiento es bajo, cualquier shock exógeno podría llevarle a ser menor o, incluso, negativo. Hay miedo a una recesión”, considera N+1 SYZ.

Los mercados, atentos a cualquier movimiento a lo largo y ancho del mundo que pudiera perturbar la senda positiva de recuperación global, han dado mucha importancia a lo ocurrido en los parqués de China estos días. Pero, curiosamente, los profesionales de la inversión no parecen tan preocupados como los inversores privados por este asunto. Sanmartín califica de “controlada” la desaceleración económica en China. “Las autoridades tienen margen para seguir haciendo uso de la política fiscal y de la monetaria. El exceso de capacidad en ciertos sectores seguirá presionando a la baja la actividad, pero el sector inmobiliario tendrá una mejor contribución al crecimiento”, cree. También se observan “progresos adicionales” en el cambio de modelo de crecimiento hacia más consumo, más servicios y más contenido tecnológico.

A vueltas con los beneficios empresariales

Desde 2009, el S&P 500 ha triplicado su cotización y el EuroStoxx 50 se ha duplicado, pero la diferencia en valoración, sin embargo, no es acusada. Hay un remanente de dudas a que los beneficios empresariales en EE.UU. hayan tocado techo. A juicio de N+1 SYZ, “las ventas probablemente seguirán creciendo, pero no está claro que los márgenes también lo puedan hacer”. Los salarios están empezando a crecer, la apreciación del dólar supone una caída de los precios de exportación y la subida de los tipos de interés también tendrá un efecto negativo en los beneficios de las compañías.

N+1 SYZ justifica estas dudas de “razonables”, pero sus expertos creen que la corrección ha sido “muy exagerada, especialmente en Europa”. Las dudas continuarán, pero la firma considera que estos “son buenos niveles tácticos de entrada”.