“Si estás en retorno absoluto, está bien proteger tu cartera en mercados a la baja, pero tienes que añadir valor cuando los mercados están al alza”

John Ricciardi (Kestrel)
Foto cedida

He aquí las creencias de Kestrel Investment Partners: un fondo long-only, multi-activo, globalmente diversificado, puede conseguir rentabilidades del 8% con una volatilidad inferior al 10% en un ciclo económico. Con más de 35 años de experiencia a sus espaldas, John Ricciardi está considerado como uno de los primeros pioneros de la inversión en retorno absoluto, y es actualmente la cabeza visible de Kestrel Investment Partners, boutique británica especializada en fondos multiactivos recién llegada a España. Sus fondos están disponibles para su distribución a través de Inversis y a corto plazo en Allfunds, la firma es representada en España por Altment Capital Partners.

Kestrel fue fundada en Reino Unido en 2009; su patrimonio actual supera los 500 millones de euros, y dispone de fondos con formato UCITS. Acaba de registrar en CNMV su fondo estandarte, el Kestrel Global Portfolio. Se trata de un producto con una cartera muy diversificada (invierte en más de 200 nombres) y gestionado utilizando tecnología que analiza tendencias globales en macro-economía aunque con una interesante filosofía de inversión que se detalla a continuación.

El fondo es long only y ofrece liquidez diaria, aunque sí es cierto que presenta un elevado porcentaje de rotación de activos: “La única manera de ser un auténtico fondo de retorno absoluto es tener la habilidad para realizar grandes cambios, y por eso tenemos una rotación de activos del 150%”, detalla el gestor (Morningstar lo categoriza como un mixto flexible).

Prediciendo las tendencias macro-economicas

La metodología del gestor consiste, en sus palabras, en “comprender el mundo en términos económicos”, de manera que pueda detectar tendencias en desarrollo. Basándose en factores macro, selecciona activos para invertir según las tendencias previstas. Gracias a este modus operandi, el fondo ha sido capaz de generar una rentabilidad anualizada del 7,2% (antes de comisiones, a cierre de Junio) desde su lanzamiento, con una volatilidad del 7,1% (en la clase cubierta a euros) y una ratio de Sharpe de 1,02.

John Ricciardi también ha sido pionero en la introducción de big data para la gestión activa de carteras: empezó a utilizar técnicas que necesitaba procesamiento de grandes masas de datos en la década de 1980. Esta manera de trabajar encaja perfectamente con la filosofía de Kestrel, que cree que el big data es fundamental para entender la dirección de los mercados pero que, sin gestores experimentados interpretando las señales del modelo, mucha de esta ventaja cuantitativa se pierde.

Así pues, gran parte del trabajo de Ricciardi consiste en analizar factores globales y movimientos en los mercados financieros a través de herramientas propietarias, para realizar un análisis fundamental macro. Ricciardi analiza trimestre a trimestre la trayectoria de la inflación, el crecimiento económico, el estado de la liquidez y la evolución de los tipos de interés y de las políticas fiscales. “Estudiamos los datos para determinar qué puede pasar con las clases de activo. ¿Cómo afectará el crecimiento a los mercados de renta variable? ¿Cómo pueden afectar las sorpresas sobre la inflación? ¿Cómo puede afectar la liquidez a las divisas? ¿Cómo pueden afectar los tipos de interés a las materias primas?”, explica Ricciardi. Esta base del proceso se conoce como Kestrel Insights, que se utiliza para analizar los datos macro de 30 países.

El objetivo de Ricciardi es claro: quiere demostrar su valía en todo tipo de entornos de mercado. “Si estás en retorno absoluto, está bien proteger tu cartera, cuando los mercados están a la baja. Pero tienes que añadir valor cuando los mercados están al alza”, afirma. Para obtener este doble comportamiento, combina cuatro aspectos: analiza la dirección de los mercados, determina qué acciones y sectores debería tener en cartera y cómo se pueden comportar divisas y bonos en cambios macro-económicos. Lo hace además con un enfoque ESG, pues sigue las normas de exclusión del Norges Bank (el banco central de Noruega).

“La idea es comprender de dónde pueden venir las sorpresas e interpretar cómo reaccionarán los bancos centrales”, continúa el gestor. A partir de esa combinación de sorpresas económicas con reacciones en política monetaria y fiscal, Kestrel obtiene información relevante para determinar el posicionamiento del fondo, que invierte primordialmente en acciones, pero también en bonos y divisas. Este proceso de análisis también tiene en cuenta las valoraciones: Ricciardi estudia qué activos se están comportando mejor o peor que la media del mercado y trata de determinar si este comportamiento está a punto de revertirse a la media o no.

En la parte de la renta variable – con una asignación que oscila entre el 20% y el 80%- lo que hace el gestor es replicar la composición de los sectores globales a través de la creación de una cesta de las 200 acciones que considera representativas, eliminando algunas acciones no éticas. La asignación a bonos oscila entre el 0 y el 80%, pero sólo se tienen en cuenta las referencias que ofrecen más calidad y liquidez: bunds, treasuries, OATs y gilts (aunque también puede buscar una exposición máxima del 10% en crédito a través de índices). “No tratamos de añadir valor a través del stock picking. Replicamos sectores y nuestro trabajo esta enfocado en el entorno macro, pero es aplicado a renta variable, bonos y divisas. Es un enfoque muy limpio y muy sencillo, si nuestro análisis está en lo correcto”, declara Ricciardi.