¿Si cae China, cae Brasil?

Rodrigo Constantino, socio de la gestora Graphus Capital, no duda al afirmar que Brasil "depende totalmente del escenario externo". Defiende también que su mejoría, respecto a otros países, "es más lenta" y que esta fase positiva en la economía brasileña "durará mientras el crecimiento chino lo permita y el coste de capital en el mundo sea cero".

El principal dato que demuestra esta dependencia, en opinión de Constantino, es el índice tipos de cambio, que evidencia el salto de precio de "aquello que exportamos vis-a-vis de lo que importamos". Las cifras, las presentó durante la conferencia Brazil Investment Summit, celebrada en São Paulo a finales de abril.

 

" Su evolución permitió una fase de bonanza, con mejores datos macroeconómico que también posibilitaron la expansión del crédito", afirma Constantino, consultado por Funds Americas.

Una tesis parecida defiende un informe de ING IM sobre mercados emergentes, publicado en mayo. "Hay dos buenas razones por las que ser negativos respecto a Brasil en el actual ambiente global", arranca el apartado de Brasil. "Una, porque es muy sensible a la inversión china y a su demanda de commodities y dos, porque es el mercado que mas sufre en momentos de aversión global al riesgo".

La firma pone en entredicho además las últimas decisiones del gobierno en política monetaria. "Vemos un constante deterioro de su política económica. Mientras están haciendo muy poco por reducir los altos costes estructurales de la economía (altos impuestos, pocas infraestructuras y una falta de profesionales cualificados), el Gobierno en Brasilia parece pensar que resolverá todos sus problemas reduciendo los tipos de interés".

Bradesco, al otro lado

En la misma conferencia en la que Constantino defendía la dependencia de Brasil de China, Joaquim Levy, responsable de la estrategia de Bradesco Asset Management, mantenía la fortaleza del país.

Levy mantuvo varias premisas en las que apoyar su tesis. La primera fue que Brasil no depende de un solo mercado como, por ejemplo México donde el 80% de las exportaciones van a EEUU. El país tampoco depende de una sola clase de productos, mantiene Levy, como ocurre en Australia, donde el 75% de los que se exporta son bienes primarios. Además, el porcentaje que suponen las exportaciones en el PIB está cerca del 10%, similar al de EEUU.