Que proporcionalmente es mayor el dolor por las pérdidas que la satisfacción por las ganancias es un hecho conocido. Gracias al desarrollo de una teoría financiera y una función de la utilidad que concretara este diferente tratamiento de pérdidas y ganancias, entre otros hallazgos, se concedió el Premio Nobel en economía a Amos Tversky y Daniel Kahneman en 2002.
La teoría prospectiva por ellos desarrollada es un modelo descriptivo de la toma de decisiones en régimen de incertidumbre y la función de utilidad que se desprende de tiene la siguiente forma:
Es generalmente cóncava para beneficios y convexa para perdidas, y muestra mayor pendiente en las pérdidas que en los beneficios. Esto refleja la diferente percepción de las ganancias y las perdidas y el efecto de la aversión a las perdidas.
Ilustremos este punto con las respuestas obtenidas por los participantes en la encuesta del Índice de Confianza del Inversor Institucional en mayo 2016. Puestos a elegir entre una ganancia cierta y una lotería con la misma esperanza matemática, la mayoría de los inversores prefieren esa ganancia antes que la lotería (ver figura inferior). El 74% de los participantes prefirió los 100 euros antes que jugar y tal vez quedarse sin nada.
Sin embargo, cuando se enfrentan a las pérdidas el porcentaje de los inversores que prefiere la pérdida segura, antes que lotería asciende al 92%. Es decir, el número de los que prefieren la opción segura se eleva considerablemente, llegando cerca del 100% debido al diferente tratamiento dado a las perdidas frente a las ganancias.