Señales de alerta que deben tener en cuenta los cazadividendos

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Vetustense Photorogue, Flick, Creative Commons

Después de un gran primer trimestre y un digno segundo trimestre, en el tercer trimestre los dividendos mundiales han experimentada una caída del 4% en tasa interanual, hasta los 281.700 millones de dólares. El Henderson Global Dividend Index refleja que este es el resultado más débil desde el segundo trimestre de 2015. Sin embargo, el crecimiento mundial en base subyacente (teniendo en cuenta los tipos de cambio, los dividendos extraordinarios y otros factores) cayó un 0,3% en cómputo global.

Desde Henderson atribuyen la caída a tres grandes factores: la caída de los dividendos extraordinarios; la ralentización en el crecimiento de los dividendos estadounidenses y el sesgo estacional, pues el tercer trimestre es el periodo en el que más dividendos se reparten en zonas del mundo que actualmente están registrando una ralentización del crecimiento de los repartos, mientras que el tercer trimestre es poco relevante en Japón y Europa.

Henderson ha optado por reducir ligeramente sus previsiones de crecimiento en las retribuciones para 2016, hasta e 0,9% en tasa general y el 1% en base subyacente. La expectativa de la gestora es que este año se repartan 1,16 billones de dólares a escala mundial. “Nuestros análisis revelan lo mucho que dependen los inversores en algunas zonas del mundo de unos pocos sectores o de un pequeño grupo de grandes empresas en lo relativo a la percepción de rentas periódicas”, comenta sobre los resultados Alex Crooke, director del equipo de Global Equity Income de Henderson. Éste añade que “la volatilidad ha afectado a los tipos de cambio últimamente”. El consejo de Crooke en este entorno es que “adoptar un enfoque mundial a la percepción de rentas reduce este riesgo y amplía las oportunidades a nuestro alcance, permitiendo así a los inversores acceder a títulos con interesantes perspectivas en el crecimiento de dividendos que podrían no estar disponibles en sus mercados locales”.

La importancia clave de EE.UU.

La desaceleración del crecimiento de remuneraciones en EE.UU. ha tenido un impacto significativo, porque el país condensa el 40% de los dividendos mundiales. Durante el tercer trimestre, los repartos cayeron un 7%, hasta los 100.400 millones de dólares. En Henderson atribuyen este descenso “sobre todo a que los abultados dividendos extraordinarios repartidos en el mismo periodo del ejercicio anterior no se han repetido este año”.

En tasa subyacente, el crecimiento de los dividendos fue de tan sólo el 3%, el nivel más bajo desde la crisis financiera y desde que empezara a publicarse el índice de dividendos, en 2009. Más que un dato aislado, lo consideran parte de una tendencia, “perpetuando así la desaceleración iniciada hace poco más de un año”. En la gestora interpretan esta ralentización en el contexto de “una mayor atonía en el crecimiento de los beneficios de las empresas estadounidenses, en parte, a causa de la fortaleza del dólar, aunque también pone de manifiesto la notable alza del endeudamiento de las compañías del país y esto fomenta la precaución en términos de flujo de caja”.

Impacto del Brexit

El repaso al tercer trimestre capturó el impacto del Brexit sobre la renta variable británica, que experimentó un descenso de los dividendos del 13,9% interanual en el tercer trimestre, hasta los 26.300 millones de dólares. Desde Henderson aclaran que el mayor contribuyente al desplome fue “principalmente a la devaluación de la libra”. No obstante, los dividendos británicos cayeron igualmente un 2,9% en tasa subyacente, “debido a los notables recortes en la remuneración al accionista de importantes firmas mineras cotizadas en Reino Unido, como Glencore, así como de Rolls Royce”.

Debilidad emergente

“La debilidad del tercer trimestre también pone de manifiesto picos estacionales en zonas del mundo donde, a día de hoy, el crecimiento de los dividendos es inferior al de otras regiones”, explican desde Henderson. Amén de Reino Unido, también han detectado fuertes caídas en Australia y China.

Es especialmente notable el caso australiano, al convertirse tradicionalmente durante el tercer trimestre en la mayor fuente de remuneración de Asia-Pacífico sin Japón. Además, el reparto de más del 40% anual de dividendos se concentra en este periodo. Expertos de la gestora señalan que Australia esta vez “se anotó los peores resultados de la región”, con una caída en tasa general del 6,9%, hasta 18.200 millones de dólares, a pesar de la apreciación del dólar australiano. La tasa subyacente cayó un 10,2%, arrastrada principalmente la decisión de las mineras Río Tinto y BHP Billinton de reducir sus dividendos. El recorte de la segunda fue especialmente significativo, al superar los 2.000 millones de dólares.

No obstante, el sector más representativo en términos de remuneraciones en Australia es el financiero, al acaparar el 60% de los repartos anuales. “Por el momento, los dividendos bancarios se han mantenido a pesar de las preocupaciones sobre el auge en la concesión de créditos del país y la posibilidad de que aumente el control normativo en materia de requisitos de capital. ANZ demostró ser la excepción, ya que su nuevo consejero delegado realizó un modesto recorte de los dividendos para ayudar a proteger las ratios de capital de la entidad”, aclaran desde Henderson.

El conjunto de la región emergente encadenó por su parte el tercer trimestre consecutivo de contracción, hasta los 42.900 millones de dólares. Este dato refleja una caída del 7,1% en tasa general y del 7,7% en términos subyacentes. Dentro de la región, China es el mayor remunerador. Los expertos de Henderson declaran que “todo apunta a que en 2016 el gigante asiático registrará su segundo descenso anual consecutivo en lo que a dividendos respecta”, con una caída estimada del 4,5% en tasa general, hasta 24.600 millones de dólares, y del 10,8% en tasa subyacente.

El sector chino que más está recortando sus retribuciones es el bancario, “por tratar de proteger unos balances vulnerables al incremento de los préstamos no productivos”. Es un dato significativo, porque el 80% de los dividendos chinos son distribuidos por bancos. Un ejemplo paradigmático ha sido el de China Construction Bank, el principal pagador de dividendos a escala mundial en el tercer trimestre, que recortó su dividendo en 1.800 millones de dólares, hasta los 10.000 millones este año.