Seguimos apostando por el crédito global en 2020

Patrick Vogel (Schroders)
Foto: cedida por Schroders

TRIBUNA  de Patrick Vogel, gestor de Crédito, Schroders. Comentario patrocinado por Schroders.

El fondo Schroder ISF* Global Credit Income cumple tres años y a lo largo de este tiempo hemos asistido a un cambio en las políticas monetarias de los bancos centrales, pasando de posiciones duras a políticas acomodaticias. Además de las idas y venidas de la política monetaria global, la deriva geopolítica no ha sido menos impactante, y a ello hay que unir los vaivenes del crédito. Pese a todo, hemos sido capaces de acumular una rentabilidad del 10,3% a finales del año 2019, siguiendo una estrategia de inversión en crédito global sin restricciones. En estos años, ha habido cuatro factores que han contribuido al éxito de la estrategia:

  • En 2019 comenzamos a poner el foco en el mercado investment grade de EE.UU, animados por la resistencia de la economía estadounidense gracias a su enfoque nacional. De hecho, nos hemos centrado en la banca y también en el sector salud y tecnológico. 
  • Por otro lado, la integración de los criterios ASG en la cartera ha sido clave. En efecto, hemos alcanzado un punto de no retorno y la inclusión de la sostenibilidad es ineludible dados los retos a los que se enfrenta la economía global.
  • Aunque muchas economías están empezando a mostrar signos de desaceleración, especialmente aquellas que dependen de las exportaciones y de la producción de bienes, no deja de ser sorprendente que otras regiones, como Reino Unido o ciertos países emergentes, estén empezando a mostrar signos de estabilización. En este sentido, queremos destacar, una vez más, la amplia diversidad que existe dentro de los emergentes.No nos cansamos de decir que la deuda emergente es muy diversa y variada y existen países, sectores, compañías… con muy buenos fundamentales. Así, por ejemplo, a pesar de que el populismo ha hecho estragos en algunos emergentes, hemos registrado algunos indicios positivos en Brasil.
  • Por último, centrarnos en algunos sectores como el de salud, los bienes inmuebles, o la tecnología nos ha permitido ofrecer en los últimos tres años una rentabilidad anualizada del 5,9% y una gestión eficaz del riesgo. Vale la pena destacar el sector inmobiliario europeo como uno de los que está registrando mayores posiciones, favorecido por tendencias como la búsqueda de rentabilidad en un escenario de bajos tipos de interés o el creciente interés de los milenials por vivir en las ciudades, que ha hecho que muchos propietarios pongan sus bienes en el mercado. Sin embargo, en este camino también nos hemos encontrado con algunas dificultades. Así, por ejemplo, en el ámbito de los bonos, hemos empezado a atisbar problemas en el mercado de préstamos. Uno de los posibles impactos que vemos es que muchas empresas que están teniendo problemas a la hora de financiarse, se están dirigiendo al mercado de bonos de alto rendimiento, algo que podría tener algún impacto negativo.

De hecho, pensamos que los inversores deben seguir siendo cautelosos con este espacio, dado el gran apalancamiento que se ha incorporado para ayudar a financiar las adquisiciones de capital privado. Otro gran impacto es que muchas empresas que habrían buscado financiación en el mercado de préstamos podrían estar pasando al mercado de bonos de alto rendimiento en su lugar, lo que podría aumentar la oferta y actuar como una técnica negativa.

Pensamos que nuestra estrategia de flexibilidad, diversidad y de reducción de los riesgos ha funcionado bien. Y seguiremos confiando en las industrias de salud, bienes inmuebles y tecnología, que tan buenos resultados nos han proporcionado hasta la fecha.

Schroders

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