Schroders: “La inflación no representa actualmente una amenaza”

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Maasmeier, Flickr, Creative Commons

“En determinados círculos, hablar del Quantitative Easing (QE) inmediatamente evoca a la Alemania de Weimar y Zimbabue. Aunque un escenario de inflación extrema sigue siendo altamente improbable, hay legítimas razones para preocuparse por el impacto que un programa masivo de flexibilización monetaria podría provocar en el comportamiento de los precios de cara al futuro”, aseguran Keith Wade, economista y estratega jefe de Schroders y James Bilson, economista, en un informe en el que analizan el impacto de las políticas de relajación cuantitativa sobre la inflación.

En opinión de ambos expertos, “la aplicación de un programa de QE de manera aislada es poco probable que provoque una fuerte escalada de los precios”. En este sentido, tanto Wade como Bilson se muestran convencidos de que el hecho de que las expectativas de inflación se mantengan actualmente ancladas en torno a los objetivos fijados por los bancos centrales se debe a la percepción de que la flexibilización monetaria es sólo temporal y que las autoridades políticas serán capaces de corregirla con éxito, “por lo que resulta poco probable que asistamos a una espiral de subida de precios y salarios similar a la vivida en la década de los 70”.

No obstante, desde Schroders consideran que el error en el cálculo político sigue siendo un factor de riesgo importante. “Aunque las autoridades gubernamentales tienen una buena comprensión teórica sobre la forma correcta de retraer la expansión monetaria, conviene tener en cuenta que en la práctica la economía es una ciencia complicada y confusa, por lo que la puesta en marcha de las políticas adecuadas no siempre es tan sencilla como apunta la teoría”, afirman los expertos. Otra de las preocupaciones que podría provocar un repunte inflacionista a medio plazo sería -según indican los expertos- una relajación de la disciplina fiscal ante los efectos del QE.

En términos generales, el análisis elaborado por la gestora sugiere que la inflación no representa ninguna amenaza en la actualidad. “Las expectativas actuales y las condiciones de crédito parecen apuntar a una escalada moderada de los precios de cara al futuro futuro, aunque dada la fugacidad de los sentimientos y las expectativas, quizá convendría ser cauteloso y no centrarse en un escenario demasiado optimista”. Por otro lado, lo que tanto Wade como Bilson tienen claro es que hablar de hiperinflación sería erróneo y un tanto alarmista.