Saxo Bank no descarta un rescate a España en 2011, pero distinto a los demás

El crecimiento en España a lo largo de este año será muy comedido, de entre el 0,1% y el 0,3%, y el desempleo alcanzará el 21%, un nivel que podría ser un techo pues el dato de PMI ya ha tocado suelo y a partir de ahora asistiremos al aumento de la producción y de las exportaciones, mientras las importaciones disminuyen, según explicó Christian Tegllund Blaabjerg, jefe de estrategia de renta variable de Saxo Bank, en una presentación sobre las perspectivas del banco danés para 2011. Para el experto, si bien el riesgo principal se concentra en la deuda de las comunidades autónomas y los municipios más que en el Gobierno central, España podría tener que afrontar un rescate como el que probablemente se producirá en Portugal a lo largo del primer trimestre del año.

“La clave estará en los vencimientos de deuda de mayo, agosto y octubre, pues el Gobierno español tendrá que refinanciar una gran cantidad de obligaciones que vencen este año”, entorno al 16% de su deuda, afirma. Por ello cree que, si el Gobierno consigue pagar y hacer frente a esas obligaciones, la respuesta de los mercados será positiva, pero si no lo consigue y los diferenciales se sitúan en torno al 8%, la situación podría hacerse insostenible y terminar en un rescate que tendría que ser distinto a los demás.

Estas incertidumbres con respecto a España y Portugal harán de 2011 otro año volátil. “Aún no será el año de la calma, pues en el primer trimestre del año Lisboa afrontará un rescate, pero España es demasiado grande y necesitaría un acuerdo especial bilateral con Alemania o con el tándem Alemania-Francia para conseguir ayudas”, comenta. Además, el fondo de ayuda actual sólo permite que haya tres países a la vez beneficiándose de él para no perder la triple A, con lo que Europa “necesitaría otra estructura distinta a la actual”.

A pesar de estas perspectivas, Tegllund diferencia la situación de España y Portugal, pues si en este último caso la intervención es más probable debido a que su Gobierno no ha tomado apenas medidas para mejorar la situación crediticia, “España va por el buen camino, gracias a las duras medidas de austeridad como la subida de la edad de jubilación, la bajada de las pensiones o la mejora fiscal para las pymes, que tarde o temprano se traducirán en los datos, mientras Grecia ha cedido a las protestas de la población y sigue teniendo problemas con su contabilidad”, razón por la que el experto no se muestra tan preocupado por España como por otros países. Entre ellos, cree que Bélgica también podría necesitar un rescate en 2011. Esta situación de debilidad en la eurozona, cuyo PIB crecerá en torno al 1,4% este año, podría llevar el euro-dólar a niveles del 1,10-1,15 dentro de doce mese.

Menos bancos pero más saneados

Las medidas tomadas en España hacen al experto descartar que la bolsa española tenga motivos para seguir comportándose peor que sus homólogos europeos, con estimaciones de crecimiento para el DJStoxx 600 del 12,5%. “En 2010 lo ha hecho peor debido al nerviosismo por las reformas, pero si hay seguridad de que los políticos se mantendrán firmes en sus propuestas, el mercado reaccionará”, comenta, añadiendo también a favor que el riesgo de liquidez no volverá a darse. “El BCE ha aprendido la lección de 2008 y no cometerá el mismo error dos veces”, afirma, impulsando ayudas que se traducirán en una mayor seguridad de los bancos, si bien el sector afrontará en los próximos cinco años un proceso de consolidación importante para poder hacer frente a la normativa de Basilea III y seguir teniendo acceso a los mercados de capital internacionales. Una actividad de fusiones y adquisiciones que también tendrá lugar de forma más general en el sector industrial europeo y en las pymes.

Además de las fusiones y compras, los bancos tendrán que sanear sus balances limitando la morosidad, si bien el problema inmobiliario podrá resolverse a más largo plazo. De hecho, en el caso de los españoles cree que no hay prisa, pues pueden tener estos activos en balance durante 30 años, como han hecho en Japón y Dinamarca. “Es más fácil que aprovechen un entorno de bajos tipos de interés para sanear sus balances que vendiendo activos que seguirán bajando de precios”, comenta. De hecho, cree que los tipos no se moverán en 2011 y que tal vez suban, pero sólo ligeramente, a partir de 2012.

Bolsas al alza

Este escenario es propicio para los mercados bursátiles, que se verán impulsados por un aumento de beneficios apoyado ahora por el crecimiento de las ventas, aunque aún suave, frente a lo ocurrido a los últimos años, donde los beneficios subían gracias al recorte de costes que propiciaba ampliación de márgenes. A partir de 2011, la aportación de los márgenes será menor. Y es que dos tercios de la subida bursátil se deberán al crecimiento de los beneficios y el tercio restante a la expansión de los PER y las valoraciones, en la medida en que la recuperación en EEUU y en los emergentes está propiciando que los inversores dediquen a las bolsas una parte mayor de sus carteras.

Así, el Nikkei subirá un 10,2%, el S&P 500 un 13,5% y los índices emergentes, un 19,4%. De ahí que estos últimos sean la apuesta regional por excelencia de Saxo Bank, que registrarán fuertes crecimientos del PIB: si bien en China podría ser algo menor de lo esperado (de entorno al 8%, y dependiente de cómo solucione el Gobierno su claro problema de inflación), en Latinoamérica, Rusia e India será fuerte. Entre sus favoritos se encuentra el mercado brasileño, con una política continuista tras la salida de la Presidencia de Lula da Silva, así como Rusia, que verá crecimiento si el precio del gas natural sigue alto y también otros países emergentes de Asia (sin China), que “serán catalizadores del crecimiento en el mundo en desarrollo”.

Tareas pendientes en EEUU

Su segunda apuesta es EEUU, con un crecimiento del PIB previsto del 2,7% en 2011 y gracias a la creación de empleo. Sin embargo, Tegllund matiza que el país tiene aún pendiente un proceso de recorte del gasto que será inevitable. “Hasta ahora se ha salvado por las medidas de relajación monetaria pero el dinero es ficticio y no se deriva de una producción real y en algún momento el país tendrá que pasar por lo que mismo que Europa”, asegura. El experto cree que el ejemplo es Japón, que ha demostrado que no se puede luchar contra la deflación con gasto público.

“El sector público es demasiado grande para impulsarlo y es necesario reorientar las políticas al privado, capaz de generar empleo a largo plazo”. Con todo, cree que hay mucho dinero en manos de los bancos que aún no ha sido prestado al mundo empresarial. Con respecto a Japón, lo utilizan como comodín: “No podemos dejar de pensar que presenciaremos un rebote”, apostillan desde el banco.