Sareb rechaza dar entrada en su capital a los fondos internacionales por "pedir privilegios"

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Wikicommons/Pablox38

La Sareb (conocida como el banco malo) ha rechazado la entrada en su accionariado de los fondos internacionales Centerbridge, Cerberus y Fortress por entender que pedían un acceso privilegiado a determinados servicios así como a derechos preferentes en la adquisición de los activos que la sociedad colocará en el mercado en el futuro. 

En una carta remitida en los últimos días a los tres fondos, a la que ha tenido acceso Funds People, la presidenta de la sociedad, Belén Romana, les agradece el interés mostrado por entrar en el accionariado en una de las últimas ampliaciones de capital (ha realizado ya tres para poder absorber los activos de las entidades nacionalizadas y las que tienen ayudas públicas) pero les explica que no puede darles acceso por una cuestión de garantizar la "transparencia total en la valoración de las acciones" y porque "no puede dar derechos preferenciales implícitos o explícitos a ningún accionista particular".

Además, les emplaza a continuar su relación en el futuro mediante acuerdos de servicios y, sobre todo, en la venta de activos que la Sareb tiene previsto realizar mediante la adjudicación de paquetes de inmuebles. 

No obstante, en otro mensaje remitido a los accionistas de la Sareb, la presidenta se muestra mucho más dura con estos fondos especializados en negocios distressed, a los que tacha de "oportunistas". En esa misiva explica que ha decidido negarse por las razones que expone en la carta así como porque la Troika comparte que no se den derechos preferenciales a ningún accionista, porque aceptar la oferta de los tres inversores supondría "poner en claro riesgo dicho compromiso [de ser absolutamente transparente y leal con sus inversores]" y porque "además supondría una decisión desleal con otros potenciales compradores de activos, así como con los oferentes de servicios que podrían competir para dar el mejor acceso posible a Sareb".

Y concluye asegurando que los accionistas actuales "están perfectamente satisfechos con la composición accionarial y la presencia de compañías internacionales (Barclays, Deutsche Bank y AXA), así como con la política de transparencia e independencia de la sociedad". 

Sin fondos internacionales

Con este rechazo, la Sareb pone punto final a la pretensión que tenía el Gobierno de que los fondos internacionales fueran propietarios del 10% del capital de la sociedad, con una inversión de 500 millones. Se conforma con los inversores nacionales, muchos de ellos (aunque con reducida inversión) compañías de seguros e incluso alguna que no tiene nada que ver con el sector financiero, como Iberdrola, que ha invertido 2,5 millones en la última ampliación de capital. 

Tendrá que ser en una segunda fase, si es que llega, cuando los fondos internacionales tengan participación en Sareb. Y no será directamente en su accionariado, sino con su participación en los Fondos de Activos Bancarios (FAB), con los que comprarían paquetes de inmuebles para su gestión y posterior venta.