Robeco: Las perspectivas para los bonos del Estado y para la renta variable de los mercados emergentes entran en deterioro

¿Cuáles son las razones tras la intensificación de la postura del equipo? Después de todo, las rentabilidades de los bonos del Estado han subido ya, con la rentabilidad de los títulos del Tesoro estadounidense a diez años superando su banda de fluctuación, en torno al 2,00%. Incluso tras un modesto retroceso, continúan negociándose unos 20 puntos básicos por encima.

Y continúan existiendo diversos factores que favorecen a los bonos: los problemas estructurales de la economía global no han desaparecido; la política monetaria continúa siendo flexible, y el bajo nivel de los tipos de interés a corto plazo mantiene sujetos los tipos de interés a más largo plazo, impidiendo que suban demasiado.

Margen para nuevas subidas en la rentabilidad de los títulos soberanos
Doeswijk afirma: “Pensamos que las rentabilidades pueden volver a subir a corto plazo. Aunque estén más altas que en momentos anteriores, siguen siendo bajas desde una perspectiva histórica y, ahora que las fuertes tensiones de la crisis financiera se han suavizado (al menos temporalmente), la rentabilidad de los bonos estadounidenses, japoneses y alemanes probablemente continuará normalizándose, aun cuando la política monetaria activa sea acomodaticia”.

La posible continuidad de datos económicos aceptables es también un factor que ha motivado la postura del equipo. En primer lugar, los inversores podrían dar cada vez mayor preferencia a los bonos a corto plazo frente a sus homólogos a diez años, dando lugar a una curva de rentabilidades más erguida. En segundo lugar, los sólidos datos podrían cambiar las expectativas de los inversores sobre las futuras subidas de los tipos de interés. “Incluso un crecimiento moderado bastará para una normalización gradual de tipos”, sugiere Doeswijk.

En este entorno, los tipos reales de interés de la deuda soberana, negativos —la rentabilidad del bono alemán a diez años es del 1,9%, frente a la inflación general, del 2,6%— apenas son un argumento a favor de la clase de activo. Y un último factor tras esta decisión, añade Doeswijk, ha sido que “las señales que emiten nuestros modelos cuantitativos sobre las perspectivas para los títulos soberanos son negativas, también”.

Alta rentabilidad y grado de inversión, listos para nuevos rendimientos superiores
Doeswijk espera nuevos rendimientos superiores de los bonos de alta rentabilidad y del grado de inversión frente a los bonos del Estado. El factor clave aquí, explica, es la importante liquidez que proporcionan los bancos centrales de todo el mundo. “No solo los inversores reciben una importante mejora de la rentabilidad, sino que la liquidez podría también impulsar los diferenciales de los bonos corporativos todavía más cerca de sus promedios históricos, pues el crecimiento económico moderado es un buen entorno para dichos bonos”, observa.

Las perspectivas para los mercados emergentes se ensombrecen
En su segundo cambio de opinión, el equipo ya no es tan optimista sobre la perspectiva para la renta variable de los mercados emergentes. Previamente, los mercados emergentes eran su región favorita, pero ahora le dan la misma calificación que a Norteamérica. Ambas regiones siguen siendo preferentes sobre Europa y la región del Pacífico.

Razones por las que se ha atenuado su entusiasmo: los mercados emergentes están perdiendo parte de su lustre. Doeswijk apunta a una serie de acontecimientos decepcionantes en los países BRIC. En primer lugar, Brasil ha redoblado sus esfuerzos por debilitar el real.
Los problemas políticos persiguen a Rusia y a la India
En segundo lugar, el panorama presupuestario para Rusia ha empeorado. Según una investigación de Citigroup, Vladimir Putin, presidente electo, exigirá que el precio del petróleo suba —y se mantenga— hasta los 150 dólares por barril, si cumple sus numerosas promesas electorales.

En tercer lugar, a Doeswijk le preocupa cada vez más el estancamiento político de la India, donde el Gobierno ha presentado un presupuesto que él describe como “decepcionante y poco ambicioso”.

¿Desaceleración en China?
Finalmente, en China, el quinto mes consecutivo de descensos en la actividad industrial ha avivado las inquietudes sobre una desaceleración de la economía. Aun así, Doeswijk advierte contra conclusiones precipitadas. “Los datos que nos llegan desde China se están viendo distorsionados por los efectos del Año Nuevo chino, que cada año tiene lugar en un momento diferente, y ello dificulta realizar una comparación. Como resultado, no es sencillo evaluar la situación en este momento”, afirma.

Lo cierto es que las tensiones comerciales entre China y los Estados Unidos y Europa se han intensificado, debido a problemas en ámbitos como los recambios para automóviles y los minerales terrestres poco comunes. El retraso de un pedido de Airbus tampoco ha contribuido a mejorar la situación.

El apoyo cuantitativo para los mercados emergentes se ha debilitado
Otros factores también han dejado de favorecer a los mercados emergentes. Para empezar, tras un sólido repunte de su rentabilidad relativa, la renta variable de los mercados emergentes ha perdido impulso en las últimas semanas. Además, sus revisiones de beneficios emergentes están por debajo de la media del mercado.

“Hemos moderado nuestro entusiasmo en la medida en que falta un apoyo cuantitativo para una marcada opinión positiva sobre la renta variable de los mercados emergentes”, concluye Doeswijk.

Los valores de renta variable de los mercados emergentes y de Norteamérica ofrecen mejores perspectivas a nivel regional
Con todo, debería resaltarse que el entusiasmo del equipo por los mercados emergentes solo se ha moderado, pero no se ha eliminado por completo. No olvidemos que los mercados emergentes están presenciando un crecimiento aceptable tras la desaceleración de 2011, mientras que la amenaza de la inflación está siendo bien gestionada, por lo general.

Como tal, la renta variable de los mercados emergentes y de Norteamérica tiene mejores perspectivas que la de Europa y el Pacífico. La renta variable norteamericana se está viendo reforzada por la estabilidad del mercado inmobiliario y por la constante recuperación del mercado laboral.

Por el contrario, en Europa la recesión continúa preocupando, y la renta variable no está tan barata como se suele pensar. Y en la región del Pacífico, la recuperación japonesa se ha entorpecido: el alza de los costes de las importaciones relativas a la energía está causando un déficit de cuenta corriente e impulsando al yen a la baja, mientras que los beneficios corporativos no dejan de decepcionar.